El PP exige influir en el Gobierno de Pujol tras facilitar la aprobación de sus presupuestos
Tras los presupuestos, el PP quiere condicionar la línea del Gobierno de Jordi Pujol. El presidente del PP de Cataluña, Alberto Fernández, exigió ayer un acuerdo amplio a Convergència i Unió (CiU) que permita a los conservadores participar en la definición de las "líneas y las prioridades del Gobierno". El PP, que el miércoles impidió que prosperaran las enmiendas a la totalidad de los presupuestos de la Generalitat para este año, reclama a CiU que reconozca su "papel central en la política catalana". ERC denunció que Convergència sólo busca pactar con el PP.
El debate sobre los presupuestos del Gobierno de Jordi Pujol ha puesto de manifiesto que CiU depende de los votos del Partido Popular para seguir gobernando. El miércoles, los 12 diputados del PP evitaron que prosperaran las enmiendas a la totalidad presentadas por los partidos de izquierda. Ayer, la ruptura de las negociaciones entre CiU y Esquerra Republicana (ERC) dejó a los nacionalistas todavía un poco más a merced del PP, que se apresuró a reclamar un acuerdo más amplio con CiU."Cuando acabe este debate, CiU y el PP debemos reflexionar sobre cómo garantizar la estabilidad", afirmó el presidente regional del PP y jefe de su grupo parlamentario, Alberto Fernández Díaz, quien dejó claras sus intenciones: "El PP", dijo, "debe ver reconocidos su protagonismo y su capacidad de influencia en la política catalana". El líder conservador reclamó poder influir "en las líneas y prioridades del Gobierno catalán".
Normalización
El Partido Popular dio el pasado 12 de marzo un significativo paso en su lento proceso de normalización en Cataluña al alcanzar el 23% de los sufragios. No obstante, sus dirigentes consideran que la normalización no será plena hasta que evidencien su capacidad de influir realmente en las instituciones catalanas, y creen que la mayoría absoluta de José María Aznar en el Congreso brinda una oportunidad de oro al PP de Cataluña para avanzar en esta dirección.
El consejero de Economía de la Generalitat, Artur Mas, y el portavoz de CiU en el Parlament, Ramon Camp, se entrevistaron ayer con una delegación del PP encabezada por Alberto Fernández y su portavoz parlamentaria, Dolors Nadal, para abordar la segunda fase de la negociación presupuestaria. Ambas delegaciones empezaron a tratar de las enmiendas parciales que los conservadores desean introducir a las cuentas de la Generalitat para 2000.
Fuentes del PP explicaron que CiU se ha comprometido a desdeñar cualquier enmienda parcial no avalada por el PP procedente de otros grupos parlamentarios. Los conservadores pretenden evitar así que la coalición nacionalista trate de pactar exclusivamente con ERC algunas enmiendas parciales con el objetivo de minimizar la influencia del PP y dar la imagen de que nada ha cambiado respecto a la pasada legislatura.
No obstante, las posibilidades de CiU de emprender algún tipo de colaboración con ERC son escasas. Los independentistas cerraron ayer la puerta a la negociación presupuestaria tras constatar que la voluntad política de Convergència es pactar con el PP y que la aproximación a ERC se debe sólo a una "escenificación". El portavoz de ERC en el Parlament, Josep Huguet, calificó de "pura apariencia" las muestras de amor hacia su formación que periódicamente exhiben los dirigentes de CiU. "A CiU sólo le interesa hacer escenas de sofá con nosotros; eso vale para las revistas rosa, pero no para la negociación política", añadió.
A pesar de todo, Huguet reiteró que Esquerra sigue "abierta al diálogo" y avanzó que los "puntos clave" de posibles negociaciones en el futuro son las modificaciones legislativas de las cajas, los peajes, las eléctricas y la salud pública. No obstante, el dirigente republicano advirtió de que en el futuro "cualquier diálogo o acuerdo al que se llegue [con CiU] deberá realizarse con tiempo y con papeles por delante". "No queremos más fotos fáciles", remachó. A preguntas de los periodistas, Mas afirmó: "Pase lo que pase en el trámite presupuestario, queda la puerta abierta para pactar otras cosas con ERC".
Por otra parte, el grupo parlamentario socialista reiteró ayer que el déficit de la Generalitat crecerá este año 74.068 millones de pesetas. En el debate del miércoles, Mas rechazó las cifras aportadas por el jefe de la oposición socialista, Pasqual Maragall, y aseguró que el incremento del déficit previsto en las cuentas del 2000 es sólo de 20.562 millones de pesetas.
El diputado socialista Martí Carnicer entregó ayer a Mas un documento en el que detalla el crecimiento del déficit de la Generalitat. Si se añade al de la Administración el incremento del déficit en sus organismos autónomos, la cifra asciende a 74.068 millones de pesetas.
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