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El PNV y EA ahondan en sus diferencias con EH, pero no rompen con el Foro de Lizarra

Los malos augurios se cumplieron, y de la reunión de la comisión permanente del Pacto de Lizarra (Estella) no salió un acuerdo para pedir a ETA una nueva tregua indefinida, como proponían el PNV y Eusko Alkartasuna (EA). Euskal Herritarrok tachó de "errónea y extemporánea" la iniciativa y volvió a responsabilizar a PNV y EA de la ruptura del alto el fuego y de la paralización del Foro de Lizarra. Así las cosas, los firmantes del pacto -cuyo sistema de funcionamiento exige el consenso y excluye la votación- se limitaron a exponer sus posiciones, constatar lo irreconciliable de sus diferencias y concluir que, pese a la actual situación de bloqueo, el foro debe seguir trabajando.

A la reunión, celebrada en la sede del sindicato ELA en San Sebastián, acudieron 22 representantes de las organizaciones políticas, sindicales y sociales que firmaron el Acuerdo de Lizarra el 12 de septiembre de 1998, cuatro días antes de que ETA declarase una tregua indefinida. La situación es ahora radicalmente distinta: la organización terrorista reanudó los atentados a principios de año, el lehendakari, Juan José Ibarretxe, rompió amarras con EH al no lograr que la marca electoral de HB se desmarcase de la violencia y los independentistas radicales decidieron abandonar el Parlamento vasco como respuesta a la presión de los nacionalistas moderados, que utilizaron dos órganos nacidos de Lizarra -la asamblea de electos Udalbiltza y la plataforma de apoyo a los presos Batera- para sacar adelante propuestas en las que solicitaban a ETA un alto el fuego.Con este escenario, las casi cuatro horas de discusión apenas sirvieron para algo más que evidenciar las diferencias: mientras el PNV y EA intentaban sacar adelante una propuesta similar a las que formularon en Udalbiltza y Batera, otros, como Euskal Herritarrok, consideraban negativo incluso que tal petición se sometiese a debate. El líder de EH, Arnaldo Otegi, aseguró anteayer que pedir otra tregua a ETA es ir en sentido contrario a la paz. Al finalizar la larga reunión, los portavoces del PNV, EA y EH explicaron sus respectivas posturas sin dejar opción a las preguntas de los informadores.

El portavoz peneuvista, Joseba Egibar, tras señalar que "de ETA depende" la reanudación de la tregua y de los Gobiernos de España y Francia que se respete la voluntad de los vascos, admitió que el proceso iniciado en el País Vasco a finales de 1998 está en una "situación difícil y de bloqueo". Egibar reclamó un "mínimo ambiental" de distensión para avanzar en la resolución del conflicto, un clima que sólo podría generarse con una nueva tregua, y garantizó que habrá nuevas reuniones en el seno de Lizarra para intentar lograr "ese plus de acuerdo que exige la sociedad".

Por su parte, el representante de Euskal Herritarrok, Pernando Barrena, consideró "errónea y extemporánea" la propuesta de PNV y EA por "romper el consenso" que hasta el momento había caracterizado el funcionamiento del foro. A su juicio, documentos como el que los nacionalistas moderados pretendían impulsar ayer, y que ya han sido presentados en otros marcos, en referencia a Udalbiltza y Batera, sólo intentan ocultar "la responsabilidad que PNV y EA tienen en la ruptura del alto al fuego de ETA y en la situación política" del País Vasco.

Barrena subrayó el compromiso de su formación con la literalidad del acuerdo firmado en Estella y, por ello, adelantó que su grupo va a celebrar reuniones bilaterales con cada una de las que formaciones integrantes de Lizarra.

El portavoz de EA, Rafael Larreina, se mostró muy irritado por las acusaciones de Barrena y replicó que ni el PNV ni su partido asumen más responsabilidad en la ruptura de la tregua "que cualquier otro agente político y social. La única responsabilidad de que ETA vuelva a actuar es la propia ETA, que es quien toma esa decisión". Larreina defendió, empero, la idoneidad de Lizarra como instrumento válido para la solución del conflicto.

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Divergencias sobre el adelanto electoral

El máximo dirigente de los socialistas vascos, Nicolás Redondo Terreros, afirmó ayer en declaraciones a Radio Nacional que el adelanto de las elecciones en el País Vasco "será inevitable". Redondo apuntó directamente a la responsabilidad del lehendakari, Juan José Ibarretxe, y arguyó que cuanto más tiempo tarde en convocar los comicios "más estará San Lorenzo en la parrilla".Los socialistas no consideran como la mejor opción para solucionar la situación en el País Vasco la convocatoria de elecciones anticipadas, tal y como exigió el presidente del Gobierno, José María Aznar, el pasado martes. El PSOE se inclina más bien por una vía intermedia, que es la presentación de una moción de censura por parte del PP, segundo partido en la Cámara vasca.

En opinión del líder del PP en Euskadi, Carlos Iturgaiz, esa iniciativa sería "estéril" ya que sólo implicaría "seguir en el caos", mientras que un adelanto electoral "traería una alternativa al Partido Nacionalista Vasco".

La otra opción para desbloquear la situación es la de un Ejecutivo de concentración en el que estén, además de PNV y EA, el PP y el PSOE, posibilidad que fue defendida ayer por el presidente de Extremadura, el socialista Juan Carlos Rodríguez Ibarra, y por el secretario general saliente de CC OO, Antonio Gutiérrez.

La exigencia de Aznar a Ibarretxe para que convoque elecciones fue criticada ayer por el PNV e IU. Mientras Iñaki Anasagasti, portavoz de los nacionalistas vascos, reprochaba a Aznar que no haya tenido respeto institucional, Gaspar Llamazares, diputado de IU, criticó la "injerencia" de Aznar.

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