El juez de Ceuta, obligado a instruir la querella contra la tránsfuga

La Sala de Gobierno del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), con competencias en Ceuta y Melilla, ha desestimado los motivos que fueron alegados por el titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Ceuta para inhibirse en la querella por cohecho que la Fiscalía Anticorrupción presentó hace dos semanas contra el presidente de Ceuta, Antonio Sampietro, la ex diputada del PSOE, Susana Bermúdez, y sus respectivos cónyuges.El alto tribunal andaluz ha resuelto que el magistrado Rafael Rosel investigue los hechos denunciados, ya que el argumento que había presentado -amistad con la familia Gil- no es suficiente para apartarle del caso. El auto presentado por Rosel no era para presentar su renuncia a instruir la querella, sino para poner en conocimiento del TSJA la vinculación de amistad existente entre un familiar cercano y el hijo de Jesús Gil, Miguel Ángel Gil Marín, según informó ayer el diario local El Pueblo.

Esta decisión del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía confirma al magistrado como instructor de la querella por la presunta compra del voto de la tránsfuga, voto que sirvió para alzar al líder del GIL en la ciudad autónoma, Antonio Sampietro, a la presidencia de Ceuta.

Al TSJA le han bastado sólo cinco días para resolver este problema. El propio presidente de la Ciudad se felicitaba ayer ante un grupo de directivos de la cadena hotelera Meliá de la rapidez con la que se ha solucionado el primer obstáculo tras la presentación de la denuncia por Anticorrupción. Sampietro espera que los trámites judiciales se hagan lo antes posible y se aclare así la situación surgida tras el paso al Grupo Mixto de Susana Bermúdez, quien, por su parte, ha aclarado que el viaje a Cuba que realizó la semana anterior junto a su marido, Francisco Cazalla, viceconsejero de Participación Ciudadana, y algunos miembros más del Ejecutivo del GIL no fue institucional, como había denunciado el único diputado socialista en la Asamblea ceutí, Alfonso Cerdeira, sino unas vacaciones a cargo de su propio bolsillo y no del presupuesto municipal.