Puça d'abril
Famoso fue abril por poner cachondas/os y ponedoras las pulgas/os. Por ello, matant una puça a l'abril se'n maten deu mil. Se reproducían -como los votos de Fujimori- a tal velocidad que la puça que va náixer anit, ja es besàvia al matí. Se nos contaba que yendo nuestro Señor -hoy, sexto Dolor de su madre: maltractat en vostres braços, ja s'ha acabat la vida, una llançada al costat, que com l'aigua sang n'eixia- y su vicario Pedro por el mundo encontraron un pordiosero, sin saber como ocupar el tiempo; cada grano de un puñado de arena que le echaron encima se transformó en pulga; ya tenía algo que hacer: matar pulgas. Por una que mató Joan de Prades -en el cielo, hoy, sant Joan de Vallclara-, al darse cuenta, con gran arrepentimiento, de su incapacidad para soportar esa penitencia y por haber destruido una obra del divino creador, se impuso la purga de ayuno a pan y agua siete años con siete veces al día de disciplina; una práctica cuaresmal que se desvió hacia el erotismo; se creía que la doncella que recibía un esguit de apasionada sangre disciplinada dejaba de serlo; se atiborraban las iglesias y el anhelo las acercaban tanto a flagelantes y azotes que, a veces, lo conseguían, ante el escándalo de feligreses.Gastaba males puces Leovigildo -también su segunda esposa Goswinta, quien desnudaba, golpeaba y arrastraba hasta una balsa a quien pretendía rebautizar- que, al negarse a comulgar de un obispo arriano, le cortó la cabeza a su hijo Hermenegildo (586), celebrado hoy por la insistente gracia de Felipe II ante el papa Sixto V (1586); con los emperadores había que tener mucho cuidado: Martin I (655), de diácono pasó a papa, sin cardenalato ni esperar al consentimiento de Constante II y fue arrestado, degradado, exilado a Crimea y murió mártir en la miseria, pero carregat de puces.
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