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El fiscal pide 13 años para un hombre que mató a otro "por mirarle mal"

Las 20 cuchilladas que segaron la vida de Antonio Carretero, de 20 años, se debieron a una supuesta "mala mirada" durante un baile. Al menos, así la interpretó el supuesto homicida, Younes el Barghami, de la misma edad y natural de Tánger (Marruecos) y para quien el fiscal solicita una condena de 13 años y seis meses de cárcel por homicidio. Este crimen, que va a ser juzgado en la Sección 17 de la Audiencia de Madrid, ocurrió avanzada la madrugada del 19 al 20 de septiembre de 1998. La víctima y otros cinco amigos acudieron esa noche al pub Casi Casi, en la calle de San Bartolomé, para tomar una copa y bailar un rato. Carretero, al darse la vuelta en uno de sus bailes, rozó con su codo al acusado. Éste se giró y, creyendo que Carretero le "miraba mal", según su confesión, se encaró con él, lo que propició que "ambos empezaran a empujarse", según la versión de la abogada de la acusación particular. Los empleados del local les sacaron a la calle.

Una vez fuera del local, Younes y Carretero se lanzaron golpes recíprocos. Amigos de uno y otro intentaron separarles, momento que aprovechó You-nes, siempre según la citada versión, para sacar una navaja y, de improviso, clavársela varias veces a su víctima, que ni siquiera pudo defenderse de las cuchilladas que una y otra vez recibía. Le pinchó en una oreja, hombro, abdomen y en una pierna. Al no poder defenderse, Carretero salió corriendo del lugar hacia la calle de Infantas, siendo perseguido por el agresor, que le dio alcance a la altura del número 10 de la calle de San Bartolomé y continuó acuchillándole "con la intención de acabar con su vida". Fue aquí donde le asestó una de las puñaladas más graves, que le afectó el corazón. Carretero quedó tendido en el suelo.

Un mes hasta la detención

Younes volvió sobre sus pasos y, aprovechando el revuelo formado, se deshizo de la navaja homicida y huyó del lugar. Casi un mes tardó la policía en detenerle. Desde entonces se halla en prisión a la espera del juicio, que se celebrará en la Audiencia de Madrid. Los forenses apreciaron 20 cuchilladas, a nivel de miembros superiores, inferiores, en el tórax y abdomen, en el cadáver de Carretero.

Aunque el fiscal ha tipificado los hechos como homicidio, la acusación particular los considera asesinato, basándose en la indefensión de la víctima frente a la navaja. Por este motivo le pide 20 años de cárcel y que indemnice con 70 millones a la madre de la víctima.

La defensa discrepa de estos hechos. Señala que la víctima, en la pista de baile, "comenzó a molestar de manera provocativa y constante a su cliente". Según la defensa, Carretero había tomado drogas ese día. Y que fueron esas provocaciones las que alteraron a Younes, quien también fumó ese día unos 12 gramos de hachís y tomó alcohol.

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