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El PSOE quiere que su congreso sea punto de partida para un cambio en profundidad

Anabel Díez

La comisión política del PSOE quiere que el congreso que celebrará ese partido entre el 21 y el 23 de julio sea el "punto de partida" de los cambios que experimentará el partido socialista en los próximos años y, por tanto, la actual dirección se va a alejar de cualquier pretensión de fabricar propuestas que condicionen a la futura ejecutiva federal. Ese equipo recibirá el encargo de proponer los cambios internos y sobre las ofertas electorales. La gestora pondrá hoy en marcha el proceso precongresual con un plan que será sometido a la aprobación del comité federal.

"El congreso del mes de julio no cierra el debate en el partido sino que lo abre", en expresión de un miembro de la comisión política que resume bien lo que piensan sus compañeros de la actual dirección. Lo único que pretenden con caracter definitivo los miembros de esta gestora es que el PSOE elija a un nuevo secretario general con el máximo respaldo posible, sin coartar la libertad de todos los que quieran competir por ese puesto.Ese secretario general y su ejecutiva tendrán la tarea, tras el congreso, de abrir en el partido un debate sin prisas sobre el proyecto que los socialistas ofrecerán a la sociedad en las siguientes elecciones. También a esa nueva ejecutiva le corresponderá impulsar los cambios organizativos que no se lleven a cabo en el propio congreso en cuanto a sistemas de elección de sus cargos.

Estas intenciones previas de los miembros de la gestora pueden verse modificadas si los militantes promueven otros planteamientos con sus enmiendas a las ponencias, ya sea sobre la elección de los candidatos a la presidencia del Gobierno -la utilización del sistema de primarias no figura ahora en reglamento alguno- o con cualquier otra innovación, según los interlocutores consultados.

En la reunión de hoy, tanto el responsable de organización, Luis Pizarro, como la coordinadora de la ponencia política, Cristina Alberdi, expondrán a sus compañeros el esquema de preparación del 35º congreso. Entre mayo y junio se celebrarán asambleas locales, provinciales y regionales para elegir a los delegados al congreso y discutir y enmendar las ponencias.

La gestora propondrá elevar al máximo posible el cupo de delegados al congreso, que puede oscilar entre los 500 y 1000 representantes. Es decir, como en el congreso anterior, habrá un millar de delegados con derecho individual al voto para elegir a su secretario general.

Preparar el programa

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La tarea de Cristina Alberdi, por su parte, ya ha empezado, sobre la base de elaborar una ponencia con estrategias políticas que, sin obviar ninguna parcela, no será el clásico documento de los congresos del PSOE, con cientos de páginas y multitud de propuestas, a modo de un programa electoral. Según los dirigentes consultados, si algo salvan los socialistas de su derrota electoral es el programa dirigido y coordinado por Juan Manuel Eguiagaray y Manuel Escudero, que consideran uno de los mejores ofrecidos por el PSOE.

Estos días, los miembros de la gestora están teniendo oportunidad de conocer cómo está el partido "por dentro". La conclusión no es muy halagüeña, a la vista de la quiebra "de los valores de solidaridad y respeto entre compañeros", según reconoce un miembro de la comisión política.

El intento de solucionar la crisis socialista en Valencia está siendo el trabajo fundamental desde hace diez días de Luis Pizarro y Juan Antonio Barrio de Penagos, designados por el presidente de la comisión política, Manuel Chaves, para intentar que los socialistas valencianos elijan a una comisión gestora que les conduzca a su congreso después de haber dimitido la anterior.

De aquí a finales del próximo julio, Manuel Chaves y el resto de los miembros de la comisión política tratarán de hacer lo que esté en su mano papar contribuir a que la organización "se serene" y, en la medida de lo posible, "recupere el diálogo dentro del partido", según declaración de intenciones de la dirección provisional del PSOE.

Adiós al pacto con IU

El portavoz del Grupo Parlamentario Socialista en el Congreso, Luis Martínez Noval, defendió ayer que no existe en este momento ningún compromiso político entre PSOE e IU, ya que el acuerdo preelectoral estaba circunscrito a la posibilidad de facilitar la investidura de Joaquín Almunia como presidente del Gobierno. "No hay nada que nos comprometa ni a ellos ni a nosotros. En definitiva", declaró en Radio España, "se trataba de un acuerdo para gobernar este país. Desgraciadamente, eso no está a nuestro alcance por el resultado de las elecciones y, por lo tanto, estamos en unas circunstancias radicalmente distintas de aquellas en las que se redactó el acuerdo". El portavoz socialista en el Congreso precisó que eso no significa que el PSOE excluya coincidir con IU en tareas de oposición. Luego añadió que no es imprescindible que el próximo líder del PSOE sea diputado en el Congreso.En cambio el representante de la corriente Izquierda Socialista, Antonio García Santesmases, reprochó ayer a Chaves que haya dado por finalizado el pacto preelectoral que habían suscrito y pidió que los socialistas hagan "oposición conjunta" con la coalición.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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