"No hay más directoras porque los músicos se pitorrean de ellas"

A Dolores Marco (Barcelona, 1935) le gustan las situaciones difíciles. Le gustan porque su vida ha sido toda una situación difícil de forma permanente de la que sabido salir con voluntad y fuerza. No en vano se llevará a la tumba el mérito de haber sido la primera mujer directora de orquesta española hace ahora 50 años o, en el terreno personal, haber sacado adelante a sus cuatro hijos a pesar de su pronta viudedad, con apenas 25 años. La maestra Marco ha triunfado como directora de ópera y zarzuela, ha viajado por Europa y América con sus giras y ha dirigido más de 160 títulos diferentes en más de 40 países. Todo ellos sin "huevos", lo que en el argot musical llaman a los círculos hechos por los músicos para advertir un trozo farragoso de pentagrama. Marco, cuando coge la batuta advierte: "¡Fuera huevos!"Pregunta. ¿Sintió mucha presión al coger por vez primera la batuta?

Respuesta. Yo empecé no por vocación, sino por exigencia y muy joven. Cuando terminé mis estudios vino el dilema. En aquel entonces sólo había directores hombres y mi profesor dijo: "¿Qué hacemos con la chica?" "Lo mismo que con el chico", espetó mi padre.

P. ¿Pero usted cómo vivió aquello?

R. Yo estaba preocupada por resultar una atracción de circo. Pero mi padre me dijo: "No te preocupes, no serás un circo. Tú serás un hombre con la mano". Debuté como directora a los 17 años. La crítica fue inmejorable. A los que no les hizo mucha mella fue a las grandes autoridades musicales.

P. ¿Y por qué, a estas alturas, no hay más mujeres dedicadas a la dirección de orquesta como usted?

R. Yo no me he dedicado, me han dedicado. No han salido más porque no les indujeron en el carácter y porque los músicos se pitorrean de ellas. Aprenden todo lo que tienen que aprender de la música pero no de carácter ni comportamientos.

P. Estará sobrada de anécdotas en su trabajo...

R. Recuerdo un día tras una actuación en Barcelona, en el año 1964, que al volver a casa en el tranvía había dos señores hablando y yo en el vagón, nadie más. Uno le decía al otro: "No soporto que me mande una mujer en el trabajo". Cuando le miré la cara vi que era el trompeta de mi orquesta, el mismo que días después confesó que sólo conmigo se sentía seguro para interpretar obras que había trabajado poco.

P. ¿Qué futuro prevé para la zarzuela en unos años?

R. Pues que si no se toma como una cosa estatal jamás se recuperará la zarzuela en España. Las compañías de más de seis o siete personas deben ser estatales. La zarzuela está ignorada y maltratada por los mismos que vivimos de ella.