El Depor saca petróleo del caos
DEPORTIVO 4- ATLÉTICO 1El Deportivo se ayudó en la defensa del Atlético para seguir en su carrera hacia el título. No le hizo falta acelerar para destruir a un equipo en estado crítico. Más que el Deportivo por ganar el partido, se vio la terquedad del Atlético por perderlo. La incompetencia de sus defensas fue monumental, en un ejercicio de constante colaboración con el enemigo. La próximidad del descenso, que parecía inconcebible por el simple peso de la historia, se ha vuelto tan cercana que cuesta pensar en una reacción del Atlético en las últimas seis jornadas del campeonato. El funeral está en marcha.Para el Deportivo fue un partido mucho más sencillo de lo que pensó Irureta, que se blindó con una amplia columna de centrocampistas. Irureta prescindió de Djalminha para utilizar a Jokanovic junto a Mauro Silva y Flavio. La decisión habla mucho sobre las previsiones del entrenador del Deportivo. Probablemente esperaba un duelo sin tregua frente a un equipo en grave estado de necesidad. Algo de eso ocurrió en el arranque del encuentro. Njegus perdió una excelente oportunidad frente a Songo'o. La perdió porque no le llegó la camisa al cuerpo. En lugar de apurar la carrera, se deshizo del balón con un remate apresurado, como corresponde a Njegus. Apenas seis minutos después, Solari maniobró con habilidad por izquierda, entregó la pelota a Valerón, cerrado por un batallón de defensas pero listo para buscar a Kiko, que tocó levemente. El balón salió a un palmo del poste.
Deportivo: Songo'o; Manuel Pablo, César, Donato, Schurrer; Mauro Silva, Flavio; Víctor (Scaloni, m
85), Jokanovic (Jaime, m.56), Turu Flores (Fernando, m.77); y Makaay.Atlético: Molina; Aguilera, Gamarra, Santi, Capdevila; Njegus (Paunovic, m.46), Bejbl (Baraja, m.46), Valerón, Solari; Kiko (Correa, m.75) y Hasselbaink. Goles: 1-0. M. 20. Turu Flores recibe de espaldas a la portería, elude a Gamarra y marca por bajo. 2-0. M. 41. Centra Víctor desde la derecha y Makaay marca a placer. 3-0. M. 44. Makaay recoge un despeje largo de Manuel Pablo, elude a Molina fuera del área, y marca. 3-1. M. 53. Hasselbaink fulmina a Songo'o desde cerca. 4-1. M.87. Balón largo sobre Makaay, que dribla a Molina y marca a puerta vacía. Árbitro: Andradas Asurmendi. Amonestó a Flavio, Valerón, Solari, Jaime, César y Baraja. Unas 30.000 personas en Riazor.
Luego llegó el festival de errores defensivos del Atlético. En el primer gol, Donato sacó una falta desde el medio campo, de las que apenas importunan a cualquier central. Pero Gamarra no es un central cualquiera. Es uno sobrevalorado, un defensa blando, lento y proclive a enormes errores conceptuales. Turu Flores le movió como a una hoja y -por falta de oposición- no tuvo más remedio que dejar el balón en la red.
El Deportivo marcó otros dos sin otros méritos que las concesiones de los defensas rojiblancas. En el segundo se equivocó Santi y no se equivocó Makaay, que lo enchufa todo. El tercero surgió de un despeje. Suficiente para superar a toda la línea defensiva del Atlético y muy especialmente a Capdevila. Makaay no hizo otra cosa que regatear a Molina.
El caos defensivo del Atlético fue completo. También colaboró algún centrocampista. Bejbl decidió entregar todos sus pases a los rivales. Nunca se ha distinguido por su eficacia en la distribución, pero en Riazor superó todas las cotas. Antic le sustituyó por Baraja en la segunda parte y el cambio se notó. El Deportivo siguió en lo suyo, que no fue nada atractivo. Como primer candidato a la conquista del título, fue un equipo decepcionante. Marcó sus goles, la gente disfrutó de la victoria y se encontró con la velocidad de Makaay para explotar las numerosas carencias defensivas del Atlético. Fuera de eso, el Deportivo no dejó nada notable en el partido.
Ni tan siquiera fue un equipo fiable defensivamente. Se blindó con mucha gente, pero pasó algunas dificultades en el segundo tiempo. El gol de Hasselbaink sirvió para abrir un debate sobre las posibilidades del Atlético. Ninguna. Con esa defensa era imposible dar vuelta al encuentro. Y por el camino se vio que Kiko se encuentra en deficiente estado físico. Soporta mal el peso de su larga inactividad y de su desconfianza en la respuesta de los tobillos. Malas noticias para un jugador sustancial en el Atlético.
Al contrario que Kiko, Makaay está como un tiro. Su velocidad resultó incontrolable para los defensas del Atlético. Cualquier pelotazo le valía para llegar hasta Molina, que desbarató varios remates. Por si Makaay no era suficiente, alguno le ayudaba. Gamarra se destacó en este aspecto. En el cuarto gol actuó como un alevín. Makaay salió de su campo y Gamarra decidió tirarle el fuera de juego. O no se sabe el reglamento o se pasó al enemigo. Esa jugada le invalida para jugar en el Atlético. Probablemente se trata de un futbolista que quiere abandonar el club en esta época dificilísima. No es precisamente la clase de jugador que necesita el Atlético, cada vez más cerca de la Segunda División.
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