De centro
Desde que José María Aznar exteriorizara su pasión por el centro político no hay discípulo en el PP que se atreva a dibujar un camino diferente. Parece evidente que ahora más que nunca el centro está de moda. En ese espectro se dan cita nostálgicos reconvertidos, camaleones de la política y también, por qué no, los que nunca sacaron los pies del tiesto, de centro por supuesto. En el PP de Jaén ya se ha desatado la batalla por el centro, que todavía no tiene paralelismo con la Batalla de Bailén, aunque los tiros vienen de muy cerca, de La Carolina. Antonio Rodríguez, primer teniente de alcalde y mano derecha del todopoderoso e influyente alcalde, Ramón Palacios, ha tomado posiciones en la carrera hacia la sucesión de Miguel Sánchez de Alcázar, el alcalde y diputado autonómico que ha anunciado su intención de abandonar la presidencia provincial para descargarse de tantos cargos.El nombre de Rodríguez, de quien se dice que podría estar un tanto resabiado por haberse quedado fuera de las listas al Parlamento autonómico, despierta recelos en la cúpula del PP jiennense, y no tanto por su condición humana sino por ser representante de un feudo político en el que el centro parece todavía una utopía. Sólo con darse una vuelta por alguno de los mítines que el PP celebró en La Carolina en vísperas del 12-M se repara en que, más allá de Aznar o Teófila, a quien rendían pleitesía los incondicionales de don Ramón era precisamente a Ramón Palacios, que todavía roza el éxtasis cada vez que difumina del mapa electoral al PSOE. Palacios lo dijo claro en el mítin: No pueden con él por mucho que le recuerden lo de su célebre discurso golpista, que aireen sus influencias con Josép Piqué en los fondos Miner o que se le acuse de connivencia en la adjudicación de obras municipales con el constructor local Enrique Ruiz Jiménez, el Serranillo.
En el PP de Jaén casi nadie se atreve a toserle a Ramón Palacios, no vaya a ser que se chive a Josémari o a su amigo Arenas. Pero una cosa es la pleitesía y otra la claudicación. Dirigentes del PP sostienen que situar al frente del partido a una extensión de Palacios sería como tirar por la borda todo el crédito centrista que el partido acumuló el 12-M. Y claro, no está el patio para experimentos. Por si acaso, Sánchez de Alcázar ya ha dicho digo donde dijo Diego, y por ahora no quiere ni oír hablar de relevo.
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