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Pendientes del cielo

Dicen que los pescadores son buenos meteorólogos; que con echar un vistazo al cielo saben si habrá tormenta. Así que José Agustín Gómez, vicepresidente de la Federación Andaluza de Tenis, el miércoles por la tarde se dio una vuelta por la lonja. Los hombres de la mar lo tranquilizaron. Es poco probable que los cuartos de final de la Copa Davis se estropeen por un chaparrón. Él, por las dudas, cruza los dedos cada vez que le nombran la palabra lluvia. Y es que las precipitaciones ya han fastidiado los prolegómenos de la competición al impedir algunos entrenamientos y empapar las pistas del Club Deportivo Calderón de Málaga, donde desde hoy y hasta el domingo se medirán los equipos de España y Rusia.Ayer el sol malagueño despejó temores. El clima era propicio para que forofos del tenis, autoridades y curiosos se arremolinaran a la entrada del Ayuntamiento para recibir a los jugadores. Ellos llegaron en coche de caballos. El detalle -gentileza del consistorio- gustó a los tenistas españoles y sorprendió a los rusos que jamás habían sido tratados con un protocolo tan original. Salvo dos soviéticos, que llevaban pantalón negro, todos iban de riguroso traje gris. Guapos, atléticos y exitosos se mostraron atentos y cercanos. Concedieron entrevistas, firmaron autógrafos y se dejaron retratar por fans y fotógrafos.

El ritual estuvo precedido por un mensaje de bienvenida del concejal de Deportes, Javier Berlanga: "Yo no soy parcial, pero quiero que gane España". A saber si los rusos se enteraron, porque allí nadie traducía.

El ayuntamiento, el club y la federación han trabajado contrarreloj durante los últimos dos meses para que hoy todo estuviera a punto. Málaga es la primera ciudad andaluza que alberga una competición de este nivel. La alcaldesa, Celia Villalobos, en un alarde de valentía, dijo hace unos días que también quería la final. Eso será más difícil. La ciudad tuvo que competir con Valencia, Vigo, Zaragoza, Madrid y Palma pero logró hacerse con la sede. Dicen que contó a su favor el apasionamiento que pone el público andaluz en estos eventos. La venta de entradas no ha ido mal. En tres semanas se agotaron las 6.500 que se pusieron a la venta.

El club se ha esforzado para estar a la altura de las circunstancias. Donde había un campo de fútbol, ha construido dos pistas de entrenamiento y una de competición. Esta será estrenada hoy Alex Corretja y Marat Safin. "Por una vez el tenis le ha ganado al fútbol", se jactaba Gómez, medio en broma, medio en serio.

Por la tarde, también hubo sol. Y ensayo general. Luis Corretja, el padre de Alex, en primera fila, relataba que dejó de jugar con su hijo cuando tenía siete años porque no había quien lo batiera. A unos metros, los niños recogepelotas recibían las últimas instrucciones. De un centenar, han sido elegidos 18. Ellos verán de cerca a sus ídolos. Juan Bellas, uno de los seleccionados, ya tiene autógrafos de casi todos los jugadores. "Sólo me falta un ruso", cuenta entusiasmado.

Suenan martillazos de última hora. Cerca de donde entrenan ambos equipos, Francisco Domínguez prepara la raqueta de Juan Carlos Ferrero. Usa cuerdas de poliéster. Su compañero trabaja en la de Juan Balcells. "Él la prefiere con tripa de vaca de la Bretaña francesa; como comen hierba las cuerdas son más elásticas", explica.

Durante tres días, Málaga será la capital europea del tenis. Berlanga siente nervios de anfitrión. Corretja, en cambio, se muestra relajado. No hay nada más que oírle su explicación sobre las quejas de los rusos sobre la pista: "Eso refleja que estamos más fuertes mentalmente". A partir de hoy se verá quienes son los mejores.

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