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INCERTIDUMBRE EN LOS MERCADOSJOEL KLEIN - JEFE DE LA UNIDAD ANTIMONOPOLIO DEL DEPARTAMENTO DE JUSTICIA

El hombre que se enfrentó a Bill Gates

Un abogado procedente de un barrio humilde de Nueva York ha tumbado al hombre más rico de la Tierra. Joel Klein, que dirige la demanda del Departamento de Justicia estadounidense contra el fabricante de Windows, ha sido uno de los principales artífices de la sentencia contra Microsoft, la empresa de Bill Gates. Klein, de 35 años, ha convertido la guerra legal entre el Gobierno de Bill Clinton y una gran compañía en una cruzada personal. Sus adversarios lo ven como un enemigo del gran comercio; él nunca ha ocultado su desconfianza hacia las concentraciones. "Ninguna empresa, por grande que sea, está por encima de las reglas", sentenció tras conocer la sentencia el lunes pasado.A Klein, hijo de un cartero de Brooklyn, divorciado y jugador de tenis, se le atribuye el haber llevado la batalla antimonopolio al frente de la agenda política estadounidense, un aspecto ignorado desde Ronald Reagan. Y además, el de convertirla en una fuente de ingresos para el Tesoro: ha recogido, en dos años, 750 millones de dólares (130.000 millones de pesetas) en multas, la mayoría provenientes de los monopolios europeos. Fue el hombre que, en seis meses, bloqueó fusiones en la industria de defensa en EE UU, acusó a un grupo de los más poderosos bancos de llevar a cabo una conspiración ilegal para controlar la industria de las tarjetas de crédito y, para rematarlo, emprendió la lucha contra Microsoft.

Tiene fama de ser un luchador que siempre gana, pero que juega limpio: le gustan los contrincantes más grandes que él. El mérito de Klein reside, según sus amigos, en su valor para enfrentarse a uno de los más poderosos, Gates, y llevarlo a juicio. Pero cuando empezó, Klein -que estudió leyes en la Universidad de Harvard gracias a una beca y se graduó con un magna cum laude- era el peor de los candidatos para sintonizar con el barullo de Washington.

Su vida cambió cuando conoció a Clinton. En los dos años que trabajó en la Casa Blanca, tuvo que lidiar con dos de los asuntos más espìnosos de los últimos años: el caso Whitewaker y el escándalo Lewinsky. Dicen que sobrevivió gracias a su habilidad para ser más listo que su contrincante.

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