La cultura y el deporte se 'suben' a la Pasarela del Carmen

La segunda edición de la Pasarela del Carmen confirmó ayer su vocación de consolidarse como una alternativa firme al formato Cibeles y Gaudí. La firma Por fin! propuso en la primera jornada un sugerente juego de "cambio de roles", en el que promotores de la cultura como Carmen Moscardó y Pablo Polo; jóvenes profesionales del baloncesto; directoras de agencias de modelos como Carmina Durán, y el emblemático Francis Montesinos, cambiaron sus hábitos para subirse a la pasarela con un soporte básico de pantalones, abrigos-albornoz y vestidos-chilaba, que recuperan el paño y el tweed y los transforman en prendas casuales. Texturas, aparentemente antagónicas como el ante tibetano, la gasa natural y las texturas tecnológicas recrean en Alex Vidal el atrevimiento de los años 30. Teresa Candela demostró que es posible el difícil ejercicio de llevar el punto y la lana a un traje de noche: vestidos largos y cardigans enormes en tonos suaves. Como también es posible recorrer la historia desde las pinturas rupestres, la caligrafía medieval, las cintas de una máquina de escribir y la cibernética, en una innovadora colección de los diseñadores de Artes y Oficios, que críticos nacionales apuestan por exportar a Gaudí.