De clasicas
Las elecciones, además de decidir el Parlamento que queremos cada cuatro años, también son útiles para que determinados colectivos satisfagan reivindicaciones que a menudo han tropezado largo tiempo con dificultades aparentemente insalvables, pero que sorprendentemente se allanan en la campaña electoral. Tal cosa ha ocurrido, por ejemplo, con los trabajadores de la Enseñanza concertada o el de interinos de cuya mejora no puedo menos que congratularme.Pero ¿qué ocurre con colectivos que debido a su dispersión o a ser poco numerosos no son capaces de crear conflicto en la calle con la suficiente resonancia como para inquietar a la Administración? Pues que seguimos aguardando, tragando bilisa a que la Administración se digne atender nuestro problema. Éste es el caso del profesorado de Lenguas Clásicas. Esperemos que este año, aunque ya hayan pasado las elecciones, podamos ver el final del túnel por nuestra estabilidad laboral y emocional, a la que tenemos derecho y por el bien de nuestros alumnos.- Dorila Fernández-Viagas. Tomares (Sevilla).
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