Casting
Después del revolcón del 12 de marzo y a pesar del esfuerzo de las sesudas reflexiones de los druidas -vulgo analistas políticos- la depresión pero, sobre todo, la confusión, parece la nota dominante de las charlas de café, pasillo o despacho protagonizadas por los perdedores (entre los cuales me encuentro), por utilizar un término claro y contundente.Como demócratas de rancio abolengo creo que, al menos, podemos alegrarnos de que, por fin, la derecha de este país se haya reconciliado con la democracia al comprobar que aciertos propios y errores ajenos hacen posible acceder y disfrutar del poder por la vía de las urnas sin cuestionar explícita o implícitamente la partitocracia, actitud del PP más reciente en el tiempo que lo que podría pensarse, como demuestran las hemerotecas.
Alegría, por tanto, una pizca lógica de depresión y sobre todo mucha, mucha confusión e incertidumbre sobre el futuro. Como somos poco propensos al encefalograma plano (la televisión de El Roto se quejaba, con razón, porque nadie la felicitaba a ella) estoy seguro que seremos capaces de revisar teorías, conceptos, creencias y lo que haga falta hasta que demos con la poción mágica que nos permita presentarnos con decoro ante la opinión pública y proponer al personal algo más que ser "ciudadanos NIF" en expresión -brillante- de Josep Ramoneda.
Soy, en este sentido, optimista. La procesión es larga y a poca historia que uno haya leído es fácil relativizar debacles de unos y otros. Creo, además que, con un poco -o un mucho- esfuerzo, imaginación y generosidad daremos con la poción mágica porque no puede ser éste un privilegio reservado a los galos y me refiero al cómic y no a Jospin.
Me preocupa, sin embargo, bastante más el portador de la antorcha y sus acompañantes. Me parece una insensatez dar por muertos y sepultados a algunos políticos como, por ejemplo, Felipe González, Javier Solana, Narcís Serra o Pasqual Maragall (éste último citado por Manuel Castells, en EL PAÍS Semanal del 29 de Enero, como el político español más preparado para hacer frente a los retos de la globalización) por ser "de la quinta". Otros de la misma quinta y de reemplazos posteriores no sólo podrían sino que deberían desaparecer haciendo mutis por el foro y no quiero señalar porque es de mal gusto y porque en esta trista i dissortada terra, abundan las desapariciones altamente recomendables.
A pesar de no ser partidario de la simplificación del "todo caras nuevas", creo que es bastante incontestable que no sólo hay una incapacidad notoria de los partidos políticos de izquierda para entender a sus votantes potenciales y articular un discurso nuevo y atractivo sino que, además, urge encontrar caras nuevas, gente joven que no tenga las medallitas de la transición y que tenga algo encima de las cejas. Haberlos, haylos pero no está claro el procedimiento de identificación.
Una forma de salir del atasco es definir un perfil y hacer un casting como en las pelis. Wanted. Como del casting ya se encargarán los profesionales, ahí va un perfil por si es de utilidad: "Se necesitan jóvenes de ambos sexos aspirantes a políticos; se requiere que puedan ganarse la vida fuera de la política a fin de evitar el síndrome del tapón (a mi no hay quien me mueva y no hay plazas libres) y que tengan, a ser posible, formación universitaria; se recomienda estén al tanto de las nuevas tecnologías de la información y hayan interiorizado que la globalización no es una palabra hueca y que los problemas de la miseria, el subdesarrollo y la inmigración han de ser resueltos mediante la cooperación internacional; es recomendable, asimismo, que comprendan y acepten la pluralidad mental, geográfica, cultural y lingüística y que vean en el federalismo una línea de progreso; se exige una confianza razonable en el proceso de integración europea; se exige asimismo que crean en la aplicación práctica de los derechos humanos, que rechazen la cuna como justificación de privilegios y que sepan razonar porque el mercado no garantiza per se la adecuada distribución de la renta ni niveles aceptables de bienestar social para la colectividad. Se valorará especialmente su opinión y conocimiento sobre cuáles son las demandas y preocupaciones de los menores de 30 años y cuáles son las deficiencias materiales y culturales de la sociedad española actual".
Nota: Se admiten todo tipo de propuesta de perfiles. Los interesados en proponer versiones alternativas pueden dirigirse, con el permiso del director, a este mismo periódico.
Josep Sorribes es profesor de Economía Regional y Urbana de la Universidad de Valencia.
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