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Rojo se perfila como el heredero natural de Fernando Buesa

El País

Los socialistas alaveses empiezan a levantar cabeza tras el mazazo que supuso el asesinato de su secretario general, Fernando Buesa. Aunque inmerso en la crisis general que está provocando una verdadera catarsis en el socialismo español, el PSE de Álava ha iniciado el camino para reorganizar sus filas. El pasado jueves celebraron un comité provincial en el que casi todas las familias se volcaron con quien está llamado a ser su nuevo secretario general, el amigo personal y compañero político de Buesa, Javier Rojo. "La pérdida de Fernando ha provocado, como nunca, que se aprieten las filas dentro del partido", explica una dirigente del partido con amplia experiencia en cargos públicos. "Nadie cuestiona la figura de Javier Rojo, y es más todos le han confiado la tarea de reorganizar el partido" hasta el congreso provincial que se celebrará después del federal, previsto para julio, y del regional, en septiembre.

Nadie duda de que Rojo, senador y hombre de confianza de Buesa, será quien mejor defienda su herencia política. Por eso él está siendo el encargado de dar una vuelta de tuerca a su relación con el PP en la provincia.

Impedir gobernar al PNV

Un documento interno del partido promovido por el propio Buesa y aprobado en un comité provincial celebrado tras las elecciones municipales, acota el margen de maniobra de los socialistas: impedir que el PNV gobierne en las instituciones provinciales, pero seguir en la oposición. Los socialistas alaveses se han convertido en los principales defensores de que el PNV siga en la oposición. El PSE de Álava cree que el partido va a incurrir en menos contradicciones facilitando el gobierno del PP en el Ayuntamiento y en la Diputación, que desarrollando una oposición dura. Aunque también hay voces en el partido que creen que sería factible un acuerdo de gobierno en el Ayuntamiento de Vitoria para gobernar desde dentro. "No vamos a gobernar con el PP, aunque podamos llegar a acuerdos presupuestarios", explicó Javier Rojo.

En este momento de transición de personas, aunque no de debate político, el socialismo alavés se va a tomar los meses hasta el congreso para reflexionar. Sus dirigentes están agotados tras la contienda electoral, por la mezcla de emociones y duro trabajo, y todavía no han podido pararse a asimilar la cadena de sucesos.

Aunque en Álava los resultados han sido de los menos malos de todo España, los dirigentes alaveses ven que no acaban de conectar con los más jóvenes.

Esta información ha sido elaborada por Genoveva Gastaminza, Pedro Gorospe y Aitor Guenaga.

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