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El interés por el español despega en Europa

La enseñanza del español como segunda lengua está conociendo una verdadera explosión en la mayoría de los países europeos, hasta el punto de que suscita la resistencia del Gobierno francés, temeroso de que el fenómeno acabe de echar por tierra su modelo de diversidad. El español es la lengua que aprenden como segundo idioma hoy en Francia el 65% de los alumnos de secundaria, un ascenso fulgurante que amenaza la prioridad otorgada tradicionalmente al alemán y que margina a otros idiomas de referencia clásica como el ruso y el italiano. En el Reino Unido, el español, el idioma más solicitado en la enseñanza de adultos, recorta terreno a pasos agigantados al alemán, que se mantiene a duras penas como segunda lengua detrás del francés, según indican responsables de Educación de las embajadas españolas.Los avances son igualmente espectaculares en Bélgica y en Alemania, donde no pocos profesores de ruso están reciclándose en profesores de español, idioma que conoce igualmente un auge extraordinario, particularmente en las universidades populares del Este. Según los especialistas, la fortísima demanda se explica por la búsqueda de idiomas fuertes que garanticen el interés de la inversión en esfuerzo y dinero, una búsqueda que ignora deliberadamente aspectos como la cultura de origen, la proximidad geográfica o el interés de significarse con el aprendizaje de una lengua "especial". Según esa interpretación, y salvando las distancias, el español empieza a compartir con el inglés el simbolismo de los idiomas potentes, necesarios. Escuelas francesas del prestigio de Ciencias Políticas y los grandes institutos admiten hoy que el español pueda figurar como primera lengua extranjera.

Diversificación

Los responsables del Ministerio de Educación francés que dirige Claude Allègre y buena parte de los especialistas temen que el proceso arruine el rico sistema de diversificación que teóricamente permite a los alumnos acceder al aprendizaje de un total de 15 lenguas vivas. Rendida ya ante la supremacía del inglés -el 90% de los escolares franceses lo eligen como primera lengua-, Francia trata ahora de evitar que el español acapare la demanda sobre el segundo idioma y se culmine así un proceso doblemente homogeneizador. "No merece la pena luchar por diversificar la oferta sobre la primera lengua viva", señalan responsables del ministerio francés, "el verdadero problema es mantener la diversificación sobre la segunda".

Como consecuencia de esos recelos, Allègre difundió en 1998 una circular para la enseñanza primaria, aparentemente intrascendente, que, sin embargo, como demuestran los datos correspondientes al pasado año, ha conseguido en gran medida rebajar por vía indirecta de la oferta real el número de alumnos franceses de primaria que aprenden español. Esa circular establece que "la elección se hará en función de las lenguas vivas ofrecidas en sexto (ingreso en el collège) del sector a fin de que asegure la continuidad del aprendizaje entre la escuela (primaria) y el collège".

Supeditar el estudio de una lengua en primaria a la posibilidad de continuarla en los escalones superiores obstaculiza, de hecho, el avance del español, ya que son muy pocos los collèges que ofrecen este idioma, indican fuentes de la Consejería de Educación de la Embajada española en París. La prueba es que mientras el número de alumnos de secundaria que aprenden español se incrementó el pasado curso en 120.000, hasta alcanzar los 1,7 millones, la cifra de escolares de primaria se redujo en el mismo periodo de 56.626 a 48.196, según datos oficiales.

Claramente, la circular va orientada a reforzar la situación del alemán, puesto que la oferta de enseñanza de esa lengua está mucho más presente en el sistema de educación francés. Pese a la publicidad institucional del alemán, bien presente en los centros escolares franceses, la enseñanza de ese idioma ha caído notablemente en los últimos años. Como primera lengua se mantiene relativamente bien, con el 9,5% de los alumnos -sólo ha perdido cuatro puntos respecto a los primeros años ochenta-, pero únicamente el 16% de los alumnos franceses lo estudian como segundo idioma. La demanda creciente de profesores de español llevó el año pasado al ministerio francés a ofrecer a concurso 650 plazas, 100 más que el año anterior.

Igualmente significativo resulta que se hayan convocado 400 plazas de auxiliares de conversación en español para el año que viene para sumar a las 440 existentes. Ante la imposibilidad de cubrir esas plazas con estudiantes o profesionales españoles, las autoridades francesas han contratado a un centenar de mexicanos.

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