El jurado culpa a una madre de Alcalá de la muerte de su bebé

El jurado declaró ayer culpable a la mujer de Alcalá de Henares -Pilar H. G.- acusada de matar de un golpe en la cabeza a su bebé de tres meses en 1998. El jurado, por siete votos a favor y dos en contra, considera que la madre cometió un homicidio imprudente; es decir, que en su ánimo no estaba el matar a su bebé. El crío sufrió lesiones en la cabeza al caerse desde una altura de entre 1,30 y 1,50 metros.

Los miembros del jurado apoyaron su dictamen de culpabilidad en el informe del forense, en el hecho de que la madre era la única persona que estaba en casa con el bebé cuando éste sufrió la caída y en el testimonio prestado en el juicio por una pediatra del hospital Ramón y Cajal. La doctora, que se hallaba de guardia el día en que ingresó por urgencias el bebé, certificó que había "sospechas de malos tratos" en el menor y que el fallecimiento se debió "a muerte cerebral por politraumatismo". El jurado votó en contra de pedir el indulto total o parcial para Pilar, aunque aceptó "la remisión condicional de la pena en caso de darse las circunstancias necesarias". A la vista del veredicto del jurado, el fiscal modificó sus conclusiones y consideró que, en lugar de un asesinato, la actitud de la madre era constitutiva de homicidio y que, por tanto, debía imponérsele una pena de 14 años de cárcel. Inicialmente, le pedía 20 años de prisión por asesinato. La defensa, tras la lectura del veredicto, pidió una pena "sensiblemente inferior" a los 14 años reclamados por el fiscal.

En el juicio, el forense destacó que las lesión en la cabeza que causó la muerte del menor, J. A. Y. H., se debió a una caída desde una altura de entre 1,30 y 1,50 metros y que se golpeó contra una superficie lisa, como una mesa o el suelo. La madre negó haber golpeado a su hijo en la cabeza, pero admitió que éste se le resbaló y cayó en la bañera cuando lo aseaba.

La defensa, por su parte, solicitó la absolución de la acusada, comentó que a Pilar se le había tratado como "cabeza de turco" y recordó que a todas las madres "se les ha caído alguna vez alguno de sus hijos".

El representante del ministerio público situó lo ocurrido en el contexto de los malos tratos sufridos por el niño y, aunque en una situación normal no sería concebible que una madre matase a su hijo", manifestó, "en una situación de malos tratos esto es posible". Recordó que el niño recibió "golpes importantes" antes de sufrir el que le causó la muerte y, al igual que el forense, descartó que ésta última lesión se produjera al escurrírsele a la madre mientras lo bañaba, tal como sostuvo ella.

"Desnutrición"

Los hechos ocurrieron el 31 de diciembre de 1998. El bebé ingresó a primeras horas de la tarde de Nochevieja en el Príncipe de Asturias, con un grave hematoma interno en la cabeza, una fractura de fémur antigua y una situación de desnutrición. Los facultativos decidieran su traslado al hospital Ramón y Cajal, donde murió. Los pediatras del centro de salud Reyes Magos de Alcalá, donde era atendido el pequeño, afirmaron en el juicio que el bebé mostraba claros síntomas de malos tratos. Un médico llegó a poner una denuncia el 6 de noviembre, que fue archivada tras declarar la madre que había golpeado al pequeño de forma involuntaria con un biberón al atender a su otro hijo, Iván, de 3 años.