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Tribuna:DÍA A DÍA
Tribuna
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Encarnación

Cuando se producía un nacimiento a los nueve meses de la Cuaresma, la madre se deshacía en explicaciones: había sido engendrado, con gran puntería el 25 de marzo. Con ello, se tapaba el escándalo. Fue considerado un pecado muy mortal hacer el amor durante el periodo cuaresmal, pues podían morirse de gusto; los matrimonios aprovechaban la fiesta de la Encarnación para romper la abstinencia sexual, y la otra: una opípara comida carnosa, sin ayuno, aunque fuera viernes; se decía que había ocurrido en viernes, el día de Venus, ¡qué casualidad!Las parejas sin descendencia aprovechaban la jornada para rogar a Dios, en la cama, con el mazo dando -Per la Marededéu de març, el cap al jaç,- creídos que el cielo facilitaba la fecundación maternal; más difícil fue lo de la paloma del espíritu con la Virgen -"Fiat mihi secundum verbum tutum"-, allá en Nazaret, mediante el triangular arcángel Gabriel, inventor del "Ave, María, gratia plena: Dominus tecum... ecce concipies in utero, et paries filium et vocabis nomen eius Jesum". Esta mañana el Papa estará en la basílica de esta Anunciación, dos mil seis años después, 2.000 justos, según la cuenta escasa de Dionisio el Exiguo; esperará que se le aparezca el mensajero Gabriel.

Si el ángel le dio un lirio -la vara del casto a la fuerza José también floreció en lirio-, símbolo de candidez -Aquella ambaixada l'àngel va baixar, amb un ram de lliris portant a la mà-, a nuestro pueblo se le fecundaban las flores del tomillo de abundantes virtudes medicinales. La Anunciación cristianiza el equinoccio de primavera, el año nuevo de judíos y romanos, el primer día de la Creación -y de la Redención- y las fiestas Hilaria (alegres) a la diosa madre frigia Cibeles para proveerse de fecundidad, lluvia y nueva vida: L'Encarnació s'emporta el gel i duu el calor.

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