El Ballet del Rhin llega a Bilbao con su danza clásica y contemporánea
El Ballet de la Ópera del Rhin, uno de los más veteranos centros coreográficos nacionales de Francia, con casi 30 años de trayectoria, presentará en Bilbao a partir de hoy las dos caras que definen su trabajo: la danza clásica, con La fille mal gardée, y la contemporánea, a través de coreografías de Forsythe, Balanchine y Lucinda Childs. Su director, Bertrand d'At, explicó ayer que en la selección del repertorio contemporáneo se limita a las obras que pueden supervisar los autores o sus colaboradores directos.
El Ballet de la Ópera del Rhin nació en 1972 impulsado por la agrupación intercomunal de las ciudades de Colmar, Mulhouse y Estrasburgo, en el noreste del país vecino. Desde su nacimiento, los responsables de la compañia han intentado compaginar las obras de repertorio con las coreografías de nueva creación. Bertrand d'At, su director desde 1997, ha seguido una línea de reestreno de los ballets neoclásicos, pero intercalando obras contemporáneas. Para el próximo año, en cambio, D'At, un ex bailarín formado por Maurice Béjart, ha cerrado una programación que sólo incluye nuevas coreografías.D'At reconoció ayer que tiene dudas al enfrentarse a la revisión de las obras de repertorio. La filosofía que defiende limita la selección de obras a los ballets contemporáneos de autores vivos, o que puedan ser supervisados por los colaboradores más directos -sus "descendientes", en palabras del director-. "Lucho por conseguir que no sea una compañía de self-service. No quiero elegir sólo un ballet de cada autor, sino seguir un recorrido por su trabajo que nos permita empaparnos de la técnica y el estilo de cada coreógrafo".
El Ballet del Rhin ha preparado para su presentación en el Teatro Arriaga dos programas. Esta tarde (20.00) representará La fille mal gardée, según la versión clásica que el coreógrafo sueco Ivo Cramer hizo del original estrenado en 1789.
"No es una reconstrucción histórica porque no quedan en los archivos más que unos apuntes referidos a la puesta en escena", explicó D'At. "Cramer se interesó especialmente por el barroco de transición al ballet romántico. Es un espectáculo con respecto por la historia pero con un estilo actual".
D'At sabe que la inclusión de La fille mal gardée entra en contradicción con sus criterios de selección de obras para la compañía. El programa elegido para las actuaciones de mañana (20.00) y el domingo (19.00) responde mejor a sus gustos. Se trata de las coreografías Agon, de George Balanchine, estrenada en 1957; Steptext, de William Forsythe, de 1984; y Chamber symphony, presentada por Lucinda Childs en 1994. D'At cree que las coreografías deben estar al servicio del bailarín. "La memoria de la danza es muy corta", señaló. "Lo que marca la historia de la danza son los intérpretes, por eso evoluciona deprisa y nunca pasa de moda".
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