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Poner cuernos

Me he reído mucho viendo esas fotos en los periódicos de ayer, ésas en las que aparece el alcalde de Leganés, el socialista José Luis Pérez, en compañía de Angus y Malcolm Young. Estos dos miembros del grupo heavy australiano AC/DC viajaron hasta tan insólito destino para asistir a la inauguración de la calle que dicha localidad madrileña les ha dedicado. La calle de Eisidisi, primera y, hasta el momento, única en el mundo con este nombre. Los del grupo no podían faltar a semejante homenaje.Había que verlos, a todos. Una vez descubierta la placa, posaron los tres ante las cámaras de los doscientos fotógrafos llegados de todo el mundo: el alcalde manteniendo, con una cara bien simpática, el tipo de traje de chaqueta, corbata y gabardina propio de su cargo; los hermanos Young (de escolar deconstruido, uno, y modelo tirillas de barrio periférico, el otro, como acostumbran) escoltando al político y aprovechando su descuido en la pose de rigor para ponerle los cuernos por detrás.

Estaban muy graciosos y daba bastante gusto ver juntos a esos tres, aguantando el tirón cada uno a su estilo. Pues poner a alguien los cuernos en la foto es un gesto de libertad o de cachondeo, pero es, sobre todo, un síntoma de familiaridad, de esa confianza que dice el refrán que da un poco de asco pero que, hay que reconocerlo, se produce con el roce, con la convivencia, con la falta de respeto al prejuicio rancio y a la sonrisa forzada que suele acompañar al descubrimiento de las placas.

Como era de suponer, los AC/DC jamás habían estado en Leganés, municipio de 200.000 habitantes que se halla muy al sur del barrio de Salamanca, y les ha parecido, no me extraña, una ciudad "con mucha marcha". No me extraña porque muchos en Leganés, por su parte, se identifican con su estilo y con su música. "Hacemos rock and roll duro con muchos cojones", proclamó Angus. A mí, para empezar, se me ocurre que con ocho (con ocho cojones), pues cuatro son los miembros de la formación, a los que podríamos sumar los de los casi mil seguidores que llegaron a Leganés (sí, también había chicas, pero de ovarios no se dijo nada...) para presenciar el evento, y un par (de cojones, digo) más, muy importantes en mi opinión, que corresponden a los del representante municipal. Porque, sí señor, hay que tener un buen par para dejarse poner los cuernos en la foto que va a recorrer el mundo, y bastante buen talante y mucho sentido del humor.

A eso iba. Al parecer, los representantes municipales de la oposición popular (del PP, quiero decir) están muy molestos por la elección del nombre de la calle.

Las razones son obvias, pues no se puede decir que lo heavy sea una estética en la que se vea reflejada su representación, pero los argumentos que aducen son contradictorios: reprochan que la iniciativa haya partido de la casa discográfica que rige los destinos comerciales de los AC/DC.

Basándose estrictamente en términos económicos, como quiere hacer creer el PP que basa en exclusiva sus programas y sus campañas, no debiera extrañarles que tan extravagante decisión haya seguido tales vericuetos comerciales; teniendo en cuenta la cantidad de veces que en los últimos días he oído (referida al Gobierno y llenando la boca de mucho posmoderno de la UE), la palabra gestor, yo diría que se trata de una impecable gestión comercial.

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Si tanta gente conviene en que ya no hay ideologías ni falta que hace, si tantos empadronados han decidido su voto en virtud de la/ su economía, lo mejor que podrá hacer un gestor será adaptarse a las leyes del mercado dando gusto al mayor número de contribuyentes. Y, se siente, se siente, Leganés es muy heavy.

Pero es que esto de poner los cuernos en la foto pública debe de parecer intolerable a los del PP, una grosería, una falta de educación.

A mí, tan distante del heavy metal, me da sin embargo mucha risa; a mí, observadora de los buenos modales, me encantaría ponerles cuernos en la foto a la mayoría de nuestros políticos.

A lo mejor eso es ideología; burda, pero ideología: algo es algo, tal y como están las cosas. Total, si ellos van a seguir con lo de la gestión.

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