El fiscal apoya su petición de condena para Guerra en las contradicciones de un testigo
El fiscal y las demás acusaciones en el juicio por el asesinato del seguidor de la Real Sociedad Aitor Zabaleta apoyaron ayer sus peticiones de que Ricardo Guerra sea condenado en las contradictorias declaraciones del principal testigo de cargo, Iván Martín Ron. La vista, que se celebra en la Audiencia de Madrid contra Guerra, el único acusado del crimen, cometido el 8 de diciembre de 1998 junto al estadio Vicente Calderón, terminará hoy y dará paso a las deliberaciones del jurado. Según el fiscal, de las cinco declaraciones prestadas por Martín en el proceso -una ante la policía, tres ante el juez instructor y otra en el juicio- sólo hay que dar crédito a las tres primeras. En ellas confesó "claramente" haber visto a su amigo Guerra matar a Aitor de un navajazo. En las dos últimas, incluida la prestada en la vista oral, Martín se retractó alegando que entonces sufría "confusión mental".
"Sus testimonios iniciales son los más creíbles, pues fue claro al señalar que vio a Guerra dar el navajazo a Aitor con la mano derecha y golpearle en el rostro con la izquierda", explicó el fiscal.
Aunque en un juicio de este tipo el jurado sólo debe valorar lo que vea y oiga en la sala, las acusaciones, debido a las palmarias contradicciones, han aportado al juicio las declaraciones iniciales de Martín para que el jurado las valore.
José Hidalgo, el fiscal, recordó ayer un pasaje de una declaración de Martín en la que éste asegura que, tras el tumulto ocurrido en los aledaños del Calderón, Guerra se jactó ante sus amigos de su acción contra los aficionados de la Real Sociedad: "Se merecían más, pero no se han ido de vacío".
En opinión del fiscal, Guerra acudió aquel día al estadio con otros amigos -todos ellos supuestos miembros del grupo neonazi Bastión, la sección más radical del Frente Atlético- "para buscar bronca" con los seguidores donostiarras.
"Silencio mafioso"
La abogada de la familia de Aitor, Begoña Lalana, comparó a Guerra y sus amigos de Bastión "con la mafia" y justificó el cambio de actitud de Martín en su temor a represalias y "en la ley del silencio" que rige en estas bandas. Además, dijo que el testigo fue coaccionado "por sus amigos de Bastión" para que modificase sus declaraciones incriminatorias cuando se topó con ellos en una discoteca de Madrid.
Marcos Gómez de la Serna,abogado del Movimiento contra la Intolerancia, también apostó ayer por un veredicto de culpabilidad. Tras quejarse de la instrucción del caso, criticó "la labor de la fiscalía en las pesquisas" y concluyó que "hay pruebas suficientes para condenar al acusado".
Luego, insistió en que fue "una banda organizada de nazis" la que atacó a los seguidores de la Real Sociedad y explicó que, tras la agresión, Guerra, al que definió como "profesional de la navaja" huyó del lugar, limpiando el arma homicida en la cazadora bomber que llevaba puesta y de cuyo paradero nada se sabe. "No les tiemble el pulso para dictar un veredicto de culpabilidad si tienen la convicción de que Guerra asesinó a Aitor", exhortó el letrado a los miembros del jurado.
Hoy expondrá sus conclusiones Emilio Rodríguez Menéndez, el defensor de Guerra.
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