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El arte dramático pide socorro

La Escuela Navarra de Teatro exige al Parlamento el reconocimiento oficial de sus enseñanzas

El teatro ha pedido ayuda urgente a la política y ésta ha garantizado que se la dará. La Escuela Navarra de Teatro (ENT) está harta de la falta de reconocimiento y el Parlamento foral le ha prometido que tendrá la consideración que se merece después de década y media de existencia.Tras 15 años de intenso trabajo, de haber formado a decenas de profesionales y de haber demostrado que es una referencia de primer orden en el desolado panorama cultural de la comunidad navarra, la ENT pide únicamente el reconocimiento oficial de los estudios de arte dramático que imparte, la ampliación de la línea presupuestaria de la que depende (el último convenio anual le garantiza 35 millones de pesetas para su funcionamiento) y la solicitud de un convenio plurianual que brinde a la escuela una mayor estabilidad de futuro a través de una línea presupuestaria específica.

La reivindicación no es nueva. Los responsables de la ENT la han venido repitiendo en los últimos años, pero ésta vez lo hicieron ante una comisión de partidos parlamentarios que, excepto UPN, reconocieron la justicia de todas sus peticiones y se comprometieron a convertirlas en hechos, dado que Navarra posee competencias exclusivas en materia educativa.

Tres mujeres, María José Sagüés, directora administrativa; Maite Pascual, directora académica, y Virginia Moriones, alumna de tercer curso de Arte Dramático, recordaron a sus señorías la realidad de un centro no oficial cuyos alumnos carecen del derecho a recibir becas o a cualquier tipo de ayuda porque la escuela no tiene reconocimiento oficial ni sus enseñanzas están homologadas. Si bien, las enseñanzas de la ENT sí están regladas, lo que imposibilita, a su vez, que el alumnado reciba las ayudas dedicadas a enseñanzas no regladas.

El poder político ha obviado una realidad cuyo balance apabulla. Quince años de trabajo y, sólo en el último curso, 2.548 personas formadas en Arte Dramático (especialidad de interpretación), actividades de formación y múltiples talleres. En el presente curso hay 45 alumnos matriculados en Arte Dramático, 144 en cursos de iniciación, 48 en talleres de juego y dirección y 61 niños atendidos en talleres de teatro específicos.

Algunos parlamentarios confesaron su "sonrojo" por el olvido secular de la ENT en la planificación cultural de la Administración pública. Otros se comprometieron a exigir al Gobierno de UPN la "voluntad política" que echan en falta los responsables de la ENT para conseguir un reconocimiento oficial del centro, cuyas instalaciones principales ocupan un edificio alquilado a una empresa cinematográfica en el corazón de la ciudad, con más de 500 metros cuadrados de superficie dividida en tres plantas y que incluye una sala propia de exhibición con capacidad para 300 espectadores.

Una de las máximas paradojas del devenir de esta escuela es que su propio nacimiento, en 1985, se debió al impulso público que le brindó la institución Príncipe de Viana, dependiente del Departamento de Educación y Cultura. Traducido a otras palabras, que después de sugerir que se oficializara como entidad cultural privada sin ánimo de lucro, la Administración la abandonó a su suerte o, mejor dicho, al capricho presupuestario anual del gobierno de turno.

La escuela brinda estudios de Arte Dramático. Tres cursos centrados en teatro textual. Las áreas de conocimiento y las asignaturas están vinculadas a la interpretación, técnicas corporales y vocales y un área de teoría, además de otras nociones de doblaje, marionetas, esgrima, escritura de guiones, producción y maquillaje.

El dinero que el Gobierno les dedica no es suficiente para mantener la estructura del centro, con 12 profesores fijos y más de 30 contratados en cada curso.

Diversificar la oferta

¿Cómo sufragar los 75 millones que cuestan todas las actividades de la ENT con apenas los 35 millones que reciben? Hasta ahora el problema se ha solventado recurriendo a la diversificación de la oferta a través de múltiples cursos de iniciación en euskera y castellano, talleres infantiles de juegos dramáticos en colaboración con el Ayuntamiento de Pamplona, un aula con la Universidad Pública de Navarra y múltiples cursos de verano. En 1999, la ENT realizó 117 actuaciones con 63 grupos diferentes, representaciones a las que asistieron 25.328 espectadores.

Maite Pascual destacó ante los parlamentarios la injusticia que supone el que en España sólo sean oficiales las escuelas teatrales que ya lo eran durante la dictadura franquista, es decir, las de Madrid, Murcia, Sevilla, Málaga, Córdoba y Valencia, además del Institut de Teatre de Barcelona. "De Madrid para arriba no existe ningún centro de arte dramático oficial", recordó Pascual, quien explicó que la ENT tiene numerosos alumnos procedentes de Euskadi y La Rioja que se ven obligados a compaginar sus estudios con trabajos ajenos al mundo teatral para poder sufragar la matrícula (60.000 pesetas por curso, en Arte Dramático) y subsistir en la capital navarra.

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