Una campaña en Rusia
Un mapa de Rusia; una obra en construcción, un ingeniero se inclina sobre unos planos, y de pronto surge una rata, después otra y otra; una madre va a buscar a su hijo, y de nuevo aparecen las ratas; como música de fondo, el tema de la invasión de la Sinfonía número 7, leningradense, de Shostakóvich. Pero una mano enciende la luz, las ratas huyen y se oye una voz que dice "¿Hasta cuándo se puede tolerar esto?". Surge la foto de Yuri Skurátov en su uniforme de fiscal, y la voz continúa: "¡Es hora de poner el poder bajo el control de la ley!". En ese momento, la foto cobra vida, Skurátov mueve la cabeza, mira hacia la cámara y pronuncia: "¡E inmediatamente!". Como propaganda de impacto visual, probablemente sea el mejor vídeo de la campaña electoral rusa, que se caracteriza por el hecho de que se sabe a ciencia cierta quién será el ganador: Vladímir Putin.Lo curioso es que el mismo Putin no ha hecho ni un solo vídeo electoral y ha decidido abstenerse de hacer campaña en el sentido clásico de la palabra. Lo que no quiere decir que no aparezca por televisión. Más bien al contrario: si no tomamos en cuenta los vídeos de los candidatos, al presidente en funciones se le cita muchísimas veces más que a los demás. Un reciente estudio muestra que en el segundo canal estatal se le cita tres veces más que al candidato comunista, Guennadi Ziugánov. El primero le da más del 30% de preferencia.
La mejor propaganda electoral en la televisión es la de los candidatos que no tienen posibilidad de ocupar ni siquiera el tercer lugar. Además del vídeo de Skurátov -el fiscal general que investigaba los escándalos de corrupción que salpicaron a la familia del ex presidente Borís Yeltsin y que fue suspendido por éste- cabe destacar el de Yevgueni Savostiánov, ex vicejefe de la administración presidencial. Su vídeo es lacónico y las imágenes impactantes: Stalin, destrucciones de iglesias, desórdenes callejeros de época Yeltsin, enfrentamientos con la policía. Poco a poco, como fondo, se va perfilando el rostro de Savostiánov, que acaba por ocupar la pantalla. Mirada pensativa, la mano derecha apoyada en la mejilla. En el rincón izquierdo aparece una frase: "Yo elijo la libertad". Pero Savostiánov fue eliminado ayer de la lista de candidatos, después de que anteanoche renunciara en favor del liberal Grigori Yavlinski. El vídeo de éste es soso, sin contenido ni buenas imágenes.
Probablemente, la propaganda televisiva más agresiva pertenece a Konstantín Titov, líder de un partido de derecha y gobernador de Samara, una provincia que, según afirma, gracias a su gestión ha pasado del 68º lugar por su desarrollo socioeconómico a estar entre las cinco primeras. Su lema es "Nuestra fuerza no reside en las murallas del Kremlin, sino en la unidad de la tierra rusa". En su vídeo critica a Putin por tener poca experiencia y por ser el elegido por Yeltsin, "una recomendación que no es de las mejores"; a Ziugánov, por hipócrita, por no ser auténtica oposición y haberse unido en la Duma al partido progubernamental; y a Yavlinski por no haber formado parte del Gobierno y ser un eterno opositor.
"Es hora de romper este círculo vicioso de intrigas políticas", exclama Titov, quien advierte del peligro de "traicionar la democracia" y entregar el país al "totalitarismo, que no reconoce ni los derechos ni las libertades". La agresividad de Titov es comprensible: no sólo desea convertirse en un político de estatura nacional, sino que además aprovecha la campaña presidencial para hacer propaganda para los comicios a gobernador que próximamente se celebrarán en Samara.
Ziugánov ha optado para su vídeo por un tono íntimo: habla con su votante potencial desde un sencillo despacho, en cuya pared se ve un retrato, pero no de Marx o Lenin, como sería lógico, sino del gran poeta ruso Alexandr Pushkin. "Me dirijo a ustedes en tiempos difíciles, cuando el poder les oculta la verdad", dice el líder comunista sin levantar la voz, y advierte de que, si no hay un cambio de rumbo, en el verano se producirá una nueva caída de la economía rusa, habrá paro, dejarán de pagar los sueldos y las pensiones, los precios del transporte y los servicios comunales se dispararán, se acabará la educación y la medicina gratis. Luego vienen las promesas: aumento de los sueldos, pensiones y subsidios, viviendas baratas, control de los precios. Concluye: "Su voto puede salvar a Rusia". Y el lema, con la foto del líder: "Por la libertad, por la paz, por la abundancia. Con Ziugánov, la vida mejorará".
Éste es el vídeo en que habla el mismo Ziugánov y está dirigido a los moderados. Pero el partido comunista ha preparado otros para no perder el voto de los duros. Uno de ellos comienza por la pregunta: "¿Por qué nos temen?", seguida de imágenes de personajes odiados por la izquierda atacando al PC, como el magnate Borís Berezovski, Yeltsin o el padre de la privatización, Anatoli Chubáis. Y la respuesta: "Porque sólo los comunistas devolverán la paz a los pueblos, las fábricas a los trabajadores, la tierra a los campesinos".
Vladímir Zhirinovski, fiel a sí mismo, juega la carta nacionalista al máximo e incluso promete echar de la Universidad de Amistad de los Pueblos a los "negros, de vuelta a África", y dejarla sólo para los rusos; aboga por un "potente KGB" y un Ejército ruso al ciento por ciento, en el que no sirvan minorías étnicas.
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