DaimlerChrysler ultima con Mitsubishi la formación del tercer grupo automovilístico

El sector automovilístico mundial sigue convulsionado. El grupo japonés Mitsubishi Motors ultimaba ayer la venta del 33,4% del capital a la firma germanoestadounidense DaimlerChrysler por unos 190.000 millones de pesetas. Con esta operación, DaimlerChrysler se asentaría de forma sólida en Asia, donde se halla retrasada con respecto a sus rivales General Motors y Ford, y se constituiría como tercer grupo del mundo. Un portavoz de Mitsubishi declaró ayer que la decisión final está en manos del presidente de la compañía, Katsuhiko Kawaoe.

Si en la década de los ochenta eran las firmas japonesas las que conquistaban Europa y Estados Unidos, ahora el proceso es el contrario. General Motors ya controla las japonesas Isuzu, Hino y participa en Suzuki. Además, ha presentado una oferta por la coreana Daewoo. Ford también compite por Daewoo y controla el 33% de la japonesa Mazda. La francesa Renault apostó por la nipona Nissan y ahora es el fabricante germanoestadounidense DaimlerChrysler el que quiere desembarcar en Oriente para no perder comba en ese mercado.Un portavoz de Mitsubishi manifestó ayer que el porcentaje final que se venda será anunciado por el propio presidente en una fecha que aún no está decidida. No obstante, fuentes cercanas a la compañía citadas por medios de comunicación de Japón daban por hecho que el capital que se venderá será del 33,4% y que se firmará en mayo. Además, añaden que esta operación está supeditada a la compra por parte de DaimlerChrysler del 50% que Ford mantiene en Ned Car, una empresa conjunta que crearon Mitsubishi y Volvo en Holanda en el año 1991.

El desembarco más importante hasta ahora de la industria automovilística occidental en Japón era el de la francesa Renault, al tomar el control de Nissan con la compra del 36,8%.

En el Pasado Salón de Ginebra, Rick Wagoner estrenaba su nombramiento como máximo responsable de General Motors con tranquilidad. A pesar de las noticias y rumores que llegaban a poner incluso en duda su liderazgo al frente de la industria mundial, se mostró tranquilo afirmando que no suponía el fin del mundo. Sin embargo, la realidad era que ya tenía amarrado el acuerdo con Fiat por el que se intercambian el 20% y el 5,1% del capital, dando un paso de gigante en el control del mercado mundial. Esta noticia de alcance mundial se confirmó la pasada semana.

La cuota de mercado es uno de los principales frentes de batalla en torno a los que se desarrolla el sector en estos momentos. Por otro lado, la necesidad de reducir costes, la globalización y la estrechez de los márgenes empujan a esta industria a un proceso de fusiones tras el que, según los expertos, apenas quedarán cinco o seis grandes grupos mundiales.

De momento, los grandes perdedores de este reajuste mundial están siendo los fabricantes orientales. En los años ochenta, llegaron a asustar a los tres grandes de Detroit con un espectacular aumento de sus ventas en Estados Unidos. Con los denominados trasplantes (fábricas de montaje en Europa) neutralizaron las restricciones de los Gobiernos europeos con los cupos que imponían a las importaciones.

El ejemplo japonés trataron de imitarlo los coreanos, pero los tiempos habían cambiado y el modelo financiero tampoco era el mismo. La crisis de hace dos años acabó con su pujanza.

Ahora, el segundo gran fabricante coreano, Daewoo, está pendiente de celebrar una subasta, tras la que pasará a la órbita de GM o Ford, aunque también han mostrado interés DaimlerChrysler y Hyundai. Esta última pretende mantenerse como bastión oriental y pelea también por Samsung para tratar de evitar que caiga en manos de Renault.

Toyota en Japón y Hyundai en Corea mantienen de momento posibilidades de defender su independencia. Toyota (5,2 millones de coches fabricados en el año 1998, último dato disponible) quería arrebatar a Ford el segundo puesto mundial (6,5 millones de unidades). Sin embargo, con el anuncio de ayer quedará relegada al cuarto puesto mundial, ya que DaimlerChrysler y Mitsubishi sumaban 6 millones de unidades en el año 1998 (ver cuadro).

El mercado asiático se ha convertido en una parte importante de la tarta y todos los grandes tratan de no perder posiciones integrando alguna parte del mismo. En Europa queda ahora por decidir el oscuro futuro de Rover tras el abandono de BMW, y las alianzas de PSA, que negociaba con DaimlerCrysler la construcción de un coche pequeño con la plataforma del Smart y ahora, tras el acuerdo con Mitsubishi, tendrán que replanteárselo.