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Suspendido por razones de salud el proceso contra el médico nazi austriaco

El médico austriaco Heinrich Gross, acusado de haber participado en la maquinaria de eutanasia del III Reich y en concreto en el asesinato de nueve niños minusválidos en 1944, pudo regresar a casa ayer minutos después de comparecer ante el tribunal de Viena. El anciano, de 84 años, no está en condiciones de soportar el proceso porque padece demencia progresiva, según el diagnóstico psiquiátrico presentado por la defensa y aceptado por el juez y el fiscal. Dentro de seis meses el acusado será sometido a un nuevo control médico. Antes de llegar a ser uno de los médicos forenses más prestigiosos y solicitados de Austria, Gross ejerció su profesión en la clínica psiquiátrica Am Spiegelgrund, donde,entre 1939 y 1945, los nazis torturaron y asesinaron a 798 niños, minusválidos mentales o físicos, que les servían de cobayas. Unos 200 comprobantes de las "defunciones" llevan la firma de Gross, que dirigió la clínica desde 1944. El acusado niega toda culpa o alega olvido; no recuerda nada comprometedor. Quienes sí tienen memoria aunque hubiesen preferido olvidar son los pocos que sobrevivieron a esa infancia torturada y hoy pueden contar la pesadilla, como Johann Gross, sólo casualmente tocayo del médico que de niño le castigaba con inyecciones de azufre en las piernas, dejándolo dolorido y semiparalítico días enteros.

El testigo, que recogió sus memorias en un libro, llevaba el estigma de "niño difícil y asocial" cuando fue internado a la edad de 10 años en la segunda clínica más importante del programa de eutanasia nazi. Como los demás supervivientes, nunca pudo borrar el recuerdo de los carros que transportaban cadáveres de niños amontonados de un pabellón a otro. La aniquilación de minusválidos y otros enfermos fue el campo de experimentos y a la vez primer capítulo del genocidio nazi. Johann Gross no confía en que ahora llegue a hacerse justicia: "Tratarán a Heinrich Gross como a Pinochet. Con la excusa de su avanzada edad lo dejarán en libertad para que disfrute de su rica jubilación hasta el fin de sus días", dijo.

Aunque en 1950 fue condenado a dos años de cárcel por "homicidio no premeditado", Gross fue liberado por falta de pruebas. El expediente se reabrió 45 años después. Mientras, supo ganarse el respeto de sus contemporáneos y, como muchos otros exnazis austriacos, canjeó su afiliación al Partido Nacionalsocialista por la de socialista.

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