_
_
_
_

Detenida una mujer a la que se atribuye la fundación de la secta de L'Aleixar

La investigación policial sobre las actividades fraudulentas de la secta Energía Universal y Humana (EUH) continúa abierta. A las detenciones de sus máximos dirigentes practicadas el pasado mes de febrero se sumó el jueves la de Lourdes Pérez Simó, una de los 15 fundadores del grupo en Tarragona, después de analizarse el material intervenido entonces. Los investigadores consideran que la detenida coordinaba los cursos destinados a la captación de adeptos, que vivían en un refugio de L'Aixelar (Baix Camp).

Lourdes Pérez Simó trabajaba como auxiliar de quirófano en el hospital Joan XXIII de Tarragona. La policía la acusa de asociación ilícita y hurto, ya que a raíz de su detención se halló en su domicilio material quirúrgico que habría sustraído de su centro de trabajo. El hospital informó ayer de que ha suspendido de empleo y sueldo a la detenida y le ha abierto un expediente administrativo por el robo de material valorado en más de seiscientas mil pesetas.Según la información facilitada ayer por la policía, Lourdes Pérez Simó llegó a ocupar en tarragona la vicepresidencia de la organización, de la que fue fundadora en 1998 y una de las responsables de la realización de los cursos para los adeptos, a los que se prometía que aprenderían a ser sanadores. La policía no descarta realizar más detenciones en los próximos días.

La detención de la enfermera es el último episodio de una larga investigación policial en torno a las actividades ilícitas de la secta, que dio lugar en febrero a la captura de su líder espiritual, el vietnamita Curtis Cao Duy, y su presidenta, Victoria Eugenia U. I., en Barcelona, y del tesorero, Julio C. C., y Luís C. P., en Tarragona. A todos ellos se les acusó de estafa, asociación ilícita, apropiación indebida, intrusismo profesional y delito fiscal y contra la salud (por tenencia ilícita de medicamentos caducados).

Al final, fueron siete las personas detenidas, pero todas quedaron en libertad tras prestar declaración en el juzgado de guardia. La titular del Juzgado de Instrucción número 25 de Barcelona, Elena Carasol, que fue quien coordinó la investigación judicial, consideró que los detenidos formaban parte de una red que prometía, a cambio de cantidades sustanciales de dinero, la cura de todo tipo de enfermedades, hasta las de mayor gravedad, como cáncer, sida o leucemia. Por cada sesión de cura, consistente en la imposición de manos, la programación mental y la meditación, se cobraban hasta 25.000 pesetas. La policía evaluó en centenares de millones de pesetas la cuantía de la estafa realizada desde 1994 y en unas veinte mil las personas perjudicadas.

La secta camuflaba sus actividades tras la fachada de una ONG inexistente, denominada Manos sin Frontera. La existencia de la secta en Cataluña se conoció el pasado mes de agosto, cuando predijo un diluvio universal coincidiendo con el último eclipse de Sol del milenio. Por ello, los responsables de la secta habían edificado un refugio de grandes dimensiones en la población de L'Aleixar.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_