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Derechos Humanos afirma que el Gobierno infla las cifras de inmigrantes para asustar a la población

La Asociación pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA) expresó ayer su malestar por las cifras que está proporcionando el Gobierno sobre el número de inmigrantes que, supuestamente, van a intentar regularizar su situación en Andalucía. Esta ONG sostiene que como máximo hay 20.000 personas en esa situación, 10.000 menos de las que dijo el lunes el delegado del Gobierno en Andalucía, José Torres Hurtado. La APDHA cree que el Ejecutivo pretende así "seguir insistiendo en la política del miedo" y recordando que esas personas aspirarán a un puesto de trabajo. A juicio de Rafael Lara, coordinador de migraciones de APDHA, el Gobierno quiere crear un clima social proclive a la modificación de la Ley de Extranjería.

Durante 1999 se presentaron en Andalucía 14.032 solicitudes para acceder a la regularización, de las que se concedieron 4.000. En total, a principios del pasado año, en la comunidad residían 37.000 inmigrantes regularizados, aunque, de ellos, sólo la mitad tiene permiso de trabajo y la otra mitad el de residencia. La APDHA llama la atención sobre el número de extranjeros residentes en territorio nacional: 95.000, de los que más del 60% procede de países ricos.

Aprovechando que ayer se celebraba el Día Internacional contra el Racismo y se abría el plazo para la regularización de los inmigrantes que entraron en España antes de junio de 1999, la APDHA y la Asociación Marroquí de los Derechos Humanos presentaron ayer en Cádiz un manifiesto para que las administraciones y los ciudadanos mantengan una actitud activa, favorezcan la inmigración y se eviten más muertes en el Estrecho. "Ya es hora de parar esta barbarie", se afirma en el texto, que ha sido suscrito por decenas de colectivos y que se va a ofrecer a cientos de intelectuales y ciudadanos.

Propuestas

Las ONG exigen a la UE y a los Gobiernos de España y Andalucía una política de cooperación al desarrollo "respetuosa con la historia" y las relaciones entre Europa y el Magreb, que "fomente y respete las culturas a ambos lados del Estrecho y que vaya destinada al pueblo de Marruecos y de otros países empobrecidos, y no a sus gobernantes". Piden que esta acción política se diseñe "como una reparación más que como un gesto de caridad".

Las reclamaciones también alcanzan al Gobierno marroquí, al que piden políticas "favorables al pueblo", la distribución de los recursos entre los más desfavorecidos y el desarrollo de la educación y la cultura junto al "respeto de los derechos humanos fundamentales".

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En las manifestaciones convocadas ayer en Almería y Sevilla contra el racismo participaron algo más de un centenar de personas. En la capital hispalense, el dramaturgo Salvador Távora leyó un manifiesto contra las actitudes xenófobas.

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