El Manchester visto por uno de sus hinchas
Ataviado con su camiseta de un rojo chillón, identificativa del Manchester, con unas gafas redondas y un aspecto apacible, Mark Roberts, un empleado de la empresa Virgin, llegó ayer a Valencia pocos minutos después de que lo hiciera su equipo. "Espero que ganemos, desde luego, pero también preferiría que pasara el Valencia", fue lo primero que dijo Roberts, cuyo nacimiento, hace 33 años, coincidió con un partido del United y su padre estaba en esos momentos en Old Trafford, por supuesto.El aspecto pacifista de Roberts simboliza la evolución en este aspecto del fútbol británico. "A mí sólo me interesa el fútbol. La afición del United es tranquila; en Marsella, en la primera fase de la Liga de Campeones, nos recibieron bastante mal, y nosotros, en cambio, les tratamos bien", explica Roberts, que no recuerda la única visita del United a Mestalla: fue en 1982, en la UEFA, y los supporters causaron graves desperfectos en las gradas.
Afortunadamente, corren otros tiempos. Y Roberts afirma que el United despierta simpatías desde el accidente aéreo de Múnich en 1958, en el que murieron ocho jugadores de un equipo llamado a dominar una época. Los hinchas del Manchester adoran al que es su entrenador desde hace 14 años, el escocés Sir Alex Ferguson, de 59 años. "Aparte de los títulos, queremos a Ferguson porque sacó a toda una camada de grandes jugadores (Scholes, Giggs, Beckham, Butt, los Neville...), pero sobre todo porque nos trajo a Cantona, el futbolista más grande de la historia del United. Para mí, por encima de Best, Charlton y Robson", dice Roberts, que esta noche entonará con entuasiasmo en Mestalla uno sus cánticos preferidos: La Marsellesa, pero con el nombre de Cantona intercalado.
Ferguson, además, posee otra cualidad que encanta a sus seguidores: sólo se preocupa de su equipo. El rival está desenfocado. "En el United tenemos una tradición de fútbol excitante: si nos meten cinco, queremos meter seis", dice Roberts, y asegura que no va con segundas. Roberts simpatiza con los conjuntos españoles desde que el año pasado viviera en directo en Barcelona la conquista de la Copa de Europa ante el Bayern. Precisamente, el Barça y el Bayern son, a su juicio, los rivales a batir este año.
En la actualidad, el mejor jugador del United es Beckham, que no se irá al Arsenal, asegura Roberts, puesto que el padre del jugador -hincha del United- no se lo perdonaría jamás.
La violencia ha desaparecido en gran parte de los estadios ingleses, pero también se ha perdido la espectacular animación de antaño. "Ahora los aficionados están muy dispersos, los que quieren cantar están mezclados con los que no. Además, si no eres socio [hay 40.000], para conseguir una entrada tienes que pedirla con cuatro semanas de antelación. Vienen aficionados hasta de América para ver los partidos".
A Roberts, el dinero del United le importa menos. Pero se siente orgulloso de pertenecer al club más rico del mundo, y reconoce que le gustaría comprar acciones del United, que desde las pasadas navidades casi han triplicado su valor.
Roberts, por cierto, no tenía ayer entrada para el choque. Confiaba en conseguirla hoy. Complicado. Las 800 localidades concedidas por el Valencia al Manchester están agotadas, el papel está vendido y se espera la llegada de unos 1.500 hinchas ingleses.
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