GENTE

Los modales, la ética y el buen comportamiento son virtudes elementales para el actual presidente argentino, Fernando de la Rúa. Quiere diferenciarse a toda costa de la anterior gestión del tan cuestionado Carlos Menem, incluso si hay que hacerlo por decreto. La pasada semana, mientras saltaban chispas por la reforma laboral y el impuestazo, el presidente firmó un decreto para lavar el tradicional perfil del funcionario gris, malencarado y despectivo que ya forma parte del inconsciente colectivo. A partir de ahora las dependencias públicas se guiarán por una "carta compromiso con el ciudadano" que fijará las nuevas normas de atención. Entre ellas establece que el "cliente tiene derecho a ser tratado con respeto, velocidad y sobre todo buena cara". Además, los comentarios y las quejas de los usuarios no caerán, como es habitual, en saco roto, sino que serán la guía para establecer una puntación para los empleados, y en su debido momento, una sanción que puede implicar un recorte de sueldo. El titular de la alegórica Secretaría de Modernización del Estado, Marcos Makon, comenzará esta semana las conversaciones con las distintas dependencias para que adquieran y pongan en marcha la "carta compromiso". Para que no queden dudas, el vicepresidente, Carlos Álvarez, explicó que se trata del "régimen de premios y castigos" que ya rige en muchas empresas privadas. Ahora quieren privatizar hasta los modales.- ,