Invertir en calidad

"El objetivo es seguir invirtiendo en calidad y respeto medioambiental", subraya Juan Calvillo, director de la planta de Esquíroz. Calvillo, un profesional navarro nacido en Cortes y con 21 años de experiencia en el grupo electrodoméstico, se incorporó a la planta en agosto de 1999. "Se trata de extraer cada vez menos materias del proveedor por excelencia, que es la naturaleza, y, a su vez, de devolverle menos residuos", explica."Nuestro reto es alcanzar las 850.000 unidades en el año 2003", indica Calvillo, "y hacerlo con las máximas garantías ecológicas porque estamos convencidos de que debe ser así, porque el mercado lo demanda cada día más y la ley lo exige". BSH invierte unos 1.000 millones de pesetas anuales en su planta navarra de frigoríficos, un 30% de esa cantidad ha ido destinada a elevar la productividad.

La renovación del certificado EMAS se produce por un periodo de tres años, al término del cual debe ser revisado. AENOR concedió a la planta navarra otro certificado, el ISO 14001, mientras las factorías de Estella y Zaragoza (La Cartuja) conseguían, a su vez, el EMAS y otras cuatro están en proceso para lograrlo. En Esquíroz está vigente el sistema denominado Idea, que garantiza a cada trabajador el estudio y contestación personal de sus iniciativas de mejora medioambiental y productiva. En la actualidad, sólo 45 empresas españolas disponen de sistemas de evaluación medioambiental, seis de ellas en Navarra.

La compañía germana posee dos centros operativos en Huarte (Navarra) y Zaragoza, donde se encuentran sus oficinas centrales. Dispone de ocho fábricas especializadas en diferentes líneas de producto, que comercializan también las marcas Ufesa y Crolls. Además de las tres ubicadas en Navarra, la de Santander se dedica a las cocinas y encimeras; la de Vitoria (BSH Krainel) a la fabricación de planchas; la de Montañana (Zaragoza), a los hornos, encimeras lavavajillas, y la de Zaragoza, a la producción de lavadoras.