Contradicción

Don Constantino González Penas, en cartas al director de este periódico (EL PAÍS, 16 de marzo de 2000), refiriéndose al artículo De elecciones y obispos (EL PAÍS, 8 de marzo), me acusa de confundir el Evangelio con el magisterio romano, añadiendo que él y otros se identifican con el Nuevo Testamento pero se sienten en radical desacuerdo con el magisterio de la Iglesia romana. No hay nada a objetar en ello; es lo que les sucede, en mayor o menor grado, a los cristianos protestantes y a los cristianos ortodoxos, a los cuales, siguiendo la doctrina y el ejemplo del Papa, respeto profundamente.Sin embargo, para ejemplarizar su postura, el señor González añade que, permaneciendo fiel al evangelio, no cree que la eutanasia constituya un crimen ni que el matrimonio sea indisoluble. Y aquí sí que el señor González incurre en contradicción, porque el Evangelio nos relata, en cuanto a lo primero, que el Señor dijo (Mateo 5, 17) que no había venido a abolir la ley y, como el mismo Jesús recordó (Mateo 5, 21), en el Decálogo se lee: no matarás. En cuanto a lo segundo, el Evangelio nos transmite las palabras de Jesucristo cuando, hablando del matrimonio, dijo (Mateo 19, 6) que lo que Dios unió no lo separe el hombre. Por lo tanto, la condena de la eutanasia como del aborto y la indisolubilidad del matrimonio no son doctrina eclesiástica, sino evangélica.

No descarto que, como insinúa el señor González, Juan José Tamayo quisiera replicar mi artículo. Estoy acostumbrado a mantener diálogos en la prensa y, en la medida que este periódico, al que agradezco su habitual acogida, lo permita, con mucho gusto lo haría en este caso.- .