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Al ritmo de Djordjevic

El base del Madrid conduce a su equipo a un claro triunfo ante el Estudiantes

Corre en las últimas semanas por la capital cierto debate alentado por la Demencia: ¿cuál es el primer equipo de baloncesto de Madrid? La animosa hinchada de Estudiantes, crecida tras la reciente Copa del Rey que ganó su equipo, reclama el título para sí en detrimento del todopoderoso Madrid, pero la cosa no está tan clara. Ayer era un buen día para buscar algo de luz en el asunto. Madrid y Estudiantes se veían las caras, pero si hay que hacer caso a lo que se vio en el Raimundo Saporta, los chicos del Ramiro de Maeztu tendrán que seguir con su particular intifada. El Madrid ganó a Estudiantes, y lo hizo con una soltura y una facilidad inusual en estos duelos.Nunca estuvo en duda la victoria del Madrid. Desde el principio, los blancos se adelantaron en el marcador y jugaron al ritmo que más les convenía, superando con claridad a Estudiantes. Los colegiales sólo aguantaron en el partido hasta el minuto 10. Fue cuando un tiple de Aísa puso el marcador en 19-16 y obligó a Sergio Scariolo a pedir un tiempo muerto. A partir de entonces, la cosa se acabó. Sin grandes alardes ni parciales desproporcionados ni exhibiciones de uno u otro jugador, el Madrid fue aumentando su ventaja con un goteo constante que Estudiantes no encontró la forma de evitar.

REAL MADRID 88ESTUDIANTES 76

Real Madrid: Djordjevic (25), A. Angulo (13), Herreros (14), Struelens (3), Scott (12); Lucio Angulo (6), Mijailov (15), Galilea (0), Quesada (0) y Eslava (0). Estudiantes: Azofra (5), Aísa (3), Jiménez (5), Felipe Reyes (4), Vandiver (8); Thompson (14), G.Martínez (8), Robles (9), Asier García (5) y Alfonso Reyes (15). Árbitros: Ramos, Requena y Murgui. Pabellón Raimundo Saporta. Unos 5.200 espectadores.

En realidad, los blancos jugaron ayer como uno de esos púgiles que no tienen una gran pegada pero que golpe a golpe van dejando sin aire a su oponente. Fue una pelea de desgaste. Estudiantes no sabía si fajarse en el cuerpo a cuerpo o lanzar puños desde la larga distancia, y el Madrid, entre tanta duda, fue colocando sus golpes. Buena parte de culpa la tuvo Djordjevic, que manejó el partido a su antojo. Marcó siempre el ritmo que más le convenía a su equipo; tan pronto le daba juego a sus hombres altos como movía el balón por el perímetro o lanzaba un contraataque; desquició a Azofra y a Gonzalo Martínez, que jamás pudieron pararle y encima se permitió ser el máximo anotador del Madrid con unos números que rozaron la perfección: tres de tres en tiros de dos, cuatro de seis en triples y siete de ocho en tiros libres, para un total de 25 puntos. Y además, siete asistencias. Casi nada. Djordjevic fue ayer mucho Djordjevic para Estudiantes. Y para el Madrid, que de su mano desequilibró un partido en el que Mijailov, el otro destacado, ofreció su mejor cara desde que volvió al equipo. El ruso entró en la cancha mediada la primera mitad y se hizo el dueño de los tableros ante la pasividad de Vandiver, quien ayer estuvo en otra cosa.

Los triples se convirtieron, todavía en la primera mitad, en el único recurso ofensivo que le daba resulado a Estudiantes. Pero cuando un equipo fía todo a los lanzamientos de larga distancia algo falla. Fallaba tanto que, a pesar del acierto estudiantil en esa faceta, al Madrid no le importó defender en zona a la vuelta del descanso. Fue la puntilla definitiva. Mijailov se hizo dueño y señor de la zona y empezó a sumar. Cuando se sentó en el banco, a falta de 10 minutos, el Madrid había alcanzado su máxima ventaja: 70-53. Dos triples consecutivos de Gonzalo Martínez parecieron presagiar una remontada de Estudiantes, pero fue un espejismo. Mijailov volvió a la pista y engordó un poco más sus números, aunque el equipo de Pepu Hernández había superado ya las siete faltas y al Madrid le bastaron los tiros libres para conservar su ventaja.

Al final, 12 puntos de diferencia para el Madrid, que dio la impresión de haber superado ya el mal trago de su decepcionante eliminación en octavos de final de la Euroliga. Un dato habla del buen partido de los madridistas: cinco jugadores (Djordjevic, Herreros, Alberto Angulo, Scott y Mijailov) por encima de los 10 puntos y, lo que es más importante, superioridad blanca en todas las facetas del juego excepto en triples y en pérdidas de balón. En eso fue en lo único en lo que ganó Estudiantes.

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