Un gol de Bango alivia al Oviedo y mete en problemas al Athletic

Después de una semana de tensión añadida por el caso de la sanción a Onopko, el Oviedo volvió a lo suyo, la lucha por la supervivencia, y se agarró de nuevo al salvavidas del Carlos Tartiere. El equipo de Luis Aragonés tiene instalado en su estadio un fortín que resiste cada 15 días en un ambiente de máxima urgencia. Ante el Athletic, en un partido tan pobre de recursos como rico en sudores, el Oviedo, apremiado por las ausencias de Onopko y Dely Valdés, acertó a echar mano de la vieja táctica de guerrilla del veterano Bango, la llegada por sorpresa, para desembarazarse de un rival que empieza a dar motivos de alarma a su propia hinchada.En Oviedo, el Athletic fue una lastimosa porción de la nada más absoluta; un equipo roto por el eje, asustado en la portería, quebradizo en defensa y simplemente patético en ataque. Su único flanco solvente estuvo en su banda derecha, donde Edu Alonso se dejó ver en el primer tiempo, mientras su equipo se limitaba a achicar agua.

Luego, tras el descanso, abrió una brecha en el fortín azul, que resultó insuficiente porque el Oviedo acertó a guardar su botín metiéndose sin disimulo en su trinchera. Lesionado Pompei, que en el primer tiempo había escrito toda la historia del partido con su zurda decisiva, el Oviedo puso en evidencia a su rival cediéndole terreno y balón. Y el Athletic se vio condenado así a enredarse y ofrecer una imagen desoladora.