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Reportaje:TRANSPORTES

La UE cuidará de la salud del peatón La Comisión Europea prepara normas para reducir la peligrosidad de los coches y la mortalidad

Los accidentes de tráfico son la principal causa de muerte entre la población menor de 40 años. Las causas principales de los accidentes mortales son el consumo de bebidas alcohólicas, el incumplimiento de las normas de circulación o no llevar puesto el cinturón de seguridad. Casos en los que un cambio de actitud del conductor y de los ocupantes provocaría una reducción importante de los siniestros y de las muertes. La Comisión Europea asegura, además, que se pueden diseñar vehículos más seguros también para los peatones y ciclistas -una quinta parte de las víctimas de los siniestros viales-, algo que le enfrenta con los constructores europeos de automóviles.Desde hace más de 20 años se viene hablando de la necesidad de hacer un reglamento de protección del peatón. Características como la edad, el peso o la estatura inciden muy directamente en la gravedad del golpe en caso de atropello. Y el tipo de coche también influye. No es lo mismo ser arrollado por un deportivo, un todoterreno o una furgoneta. Los fabricantes reticentes durante años a la imposición de directivas sobre diseños, se oponen directamente a la unificación, especialmente en lo que se refiere a los frontales, que reduciría la importancia de la línea, una de las principales motivaciones de compra en países como España.

Costes de prevención

El pasado viernes terminó el plazo para que los gabinetes de los comisarios presentaran sus observaciones a la comunicación elaborada por la comisaria europea de Transportes, Loyola de Palacio, en el que se realiza un análisis de la seguridad vial en la UE. En el documento se establece un orden de medidas prioritarias que deben ser tomadas a nivel comunitario para reducir los accidentes mortales. También hace una recomendación dirigida a todos los responsables en los procesos de toma de decisiones para que se tenga en cuenta que "el coste de prevención de los accidentes es generalmente inferior al coste económico que representan las víctimas y los daños que conllevan".

Los accidentes mortales en las carreteras de la UE han pasado de 56.022 en 1991 a 42.553 en 1998, un avance poco satisfactorio para Bruselas porque cada día dejan su vida en la carretera 120 personas. Tampoco conviene olvidar que los siniestros provocan 1,7 millones de heridos al año. Si se sigue esta tendencia, en el 2005 el número total de muertes se habrá reducido en torno a 32.000 y en el 2010 a 27.000, aproximadamente. Para este año, el total de accidentes mortales será superior a los 38.000. "Son estimaciones demasiado optimistas", reconoce el documento.

La Comisión Europea considera que los accidentes mortales pueden reducirse hasta un 15% si los vehículos se fabrican con niveles más altos de seguridad pasiva.

Hablar de los costes socioeconómicos provocados por los accidentes en la carretera no deja de ser controvertido. La Comisión Europea estima que los costes económicos derivados de los siniestros -grúas, ambulancias, hospitales, medicinas, reparaciones- se elevan a 100.000 millones de euros anuales, de los que 48.000 millones no son declarados. Esta cifra se incrementa si se tiene en cuenta el "valor de la vida humana", otros 62.000 millones de euros (10.000 millones no declarados).

Las muertes en la carretera representan un coste total socioeconómico de 50.000 millones de euros, es decir, 1,15 millones de euros por accidente. Las heridas graves, 56.000 millones de euros; las leves, 7.000 millones de euros, y los daños, 49.000 millones de euros, según las estimaciones de la Comisión Europea.

El desarrollo de modelos y de infraestructuras viarias que limiten el daño humano en caso de accidente son los puntos donde se centra la comunicación de la Comisión Europea y que tienen que ser afrontados a medio plazo por los Quince si se quiere reducir el número de accidentes y, con ello, sus costes socioeconómicos.

Las otras prioridades que propone Loyola de Palacio en su comunicación son, además de incrementar las inversiones en seguridad en carretera y de profundizar en los trabajos en el marco de EuroNCAP -programa europeo de evaluación de nuevos modelos-, que se definan orientaciones para la gestión de los "puntos negros", introducir leyes y realizar campañas para el uso del cinturón de seguridad y sobre la utilización de dispositivos para sujetar a los niños, presentar una recomendación sobre las tasas máximas de alcoholemia al volante y legislar sobre los limitadores de velocidad para ciertos vehículos.

De acuerdo con las estimaciones de la Comisión Europea, todas estas medidas permitirán evitar la muerte de unas 20.000 personas al año como mínimo. Concretamente, las modificaciones en la parte delantera de los vehículos, entre 650 y 2.200 vidas; el cinturón de seguridad y la protección de los niños, más de 8.000; los limitadores de velocidad en vehículos ligeros, unas 150 vidas; las medidas legislativas contra el alcohol, en torno al millar; mejoras en la concepción de las carreteras, otras 1.500 vidas, y la gestión de los puntos negros, alrededor de 3.000.

A largo plazo, la Comisión Europea plantea otras prioridades algo más delicadas de afrontar por la falta de datos sobre coste-beneficio, como los criterios médicos para la concesión de permisos de conducir, criterios para las pruebas de conducir, llevar las luces durante el día, los efectos de los medicamentos sobre el comportamiento del conductor y el socorro de las víctimas.

Ponerse al volante es un riesgo

El tráfico ha aumentado de manera espectacular durante el último cuarto de siglo (175%) en los Quince y la UE posee ahora un parque automovilístico de casi 170 millones de coches, frente a los 60 millones de hace 25 años. Los niveles de seguridad de las carreteras y de los vehículos también aumentan, lo que ha permitido una reducción del número de muertes del 40%. Pero la curva tiende a estabilizarse en torno a las 40.000 muertes anuales.Ponerse al volante no deja de ser un riesgo, a pesar de la mejor concepción de las carreteras, de las modificaciones en la legislación, del endurecimiento de las normas para vehículos y otras medidas. Un accidente mortal de circulación representa una pérdida de 40 años, mientras que las muertes causadas por el cáncer y las enfermedades cardiovasculares en torno a diez años, según datos que maneja la Oficina de Estadística de la Comunidades Europeas (Eurostat).

Los riesgos aumentan según el país donde se circula. El Reino Unido y Suecia tienen las tasas de mortalidad más bajas de la UE (61 y 64 accidentes mortales por cada millón de habitantes), seguida por Holanda (75 muertes) y Finlandia (85 muertes). En Alemania e Italia se acercan a la media comunitaria (116 muertes). En Grecia (210 muertes) y Portugal (254 muertes) se registraron los niveles más altos de mortalidad.

La tendencia general a la reducción del número de accidentes mortales se observó en todos los países de la UE, excepto en Grecia y Portugal. En España hubo que esperar a los años noventa para ver una reducción en el número de accidentes mortales (de 179 a 143 muertes por millón en 1996). El número total de pérdidas humanas en las carreteras españolas se elevó a 5.481 personas en 1996 o, lo que es lo mismo, 148 muertes por millón de pasajeros por kilómetro recorrido, según las estadísticas.

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