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SALUD HAY MÁS CASOS DENUNCIADOS

Una mujer atribuye la malformación de su hija al 'síndrome Ardystil'

Inmaculada Casasempere entró a trabajar a los 17 años en Aerotex, una de las cinco aerografías en las que se detectó el síndrome Ardystil. Allí permaneció seis meses, hasta que cumplió los 18 y dejó de interesar a la empresa. De su paso por el sector de la aerografía textil, además de su primer sueldo, heredó una larga enfermedad que hoy vincula a los dos abortos que ha sufrido desde entonces y a la malformación que afecta a su hija, nacida con espina bífida.

Esta mujer, que ahora tiene 27 años, quedó afectada por el síndrome Ardystil, enfermedad a la achaca los abortos sufridos y la malformación de espina bífida con la que nació su hija. "No soy la única que ha abortado después del tratamiento de cortisona que nos dieron a los afectados. Hay muchas chicas de mi edad que también han perdido a hijos, y esto no puede ser sólo producto de una casualidad", insiste Inmaculada Casasempere. Junto a este caso, la comisión de afectados por el síndrome Ardystil denunció casos de otras tres de mujeres afectadas que habían dado a luz niños con diversas patologías.El de Inmaculada Casasempere y su hija Izaskun lo conocían en el Hospital Virgen de los Lirios de Alcoy, donde nació la pequeña hace dos años y medio. Sin embargo, el director del centro sanitario, Joan Lloret, ha explicado que es difícil relacionar la malformación de la niña con el síndrome que padece la madre: "Niños con espina bífida nacen cada equis tiempo y no me atrevería a decir que esta patología sea consecuencia del síndrome".

Este tipo de contestaciones han movido a Inmaculada Casasempere a hacer público su caso: "Quiero que algún medico me explique claramente el porqué de la enfermedad de mi hija". La niña está en manos de traumatólogos, ortopedas y neurocirujanos en Valencia. "Nadie me ha sacado de dudas", protesta la madre.

Un informe que detallaba los efectos secundarios que podría producir la exposición continuada a productos químicos, puso en alerta a Inmaculada. El documento señalaba la posibilidad de que los solventes utilizados en las aerografías derivasen en abortos, peso insuficiente del recién nacido, prematuros, malformaciones congénitas y afecciones en el aparato reproductor, así como malformaciones en el feto.

Este último fue el caso de la pequeña Izaskun, que los médicos no advirtieron hasta su nacimiento, siempre según la madre. "Con mi hija los médicos cometieron un error que en su día no quisimos denunciar por mero desconocimiento. Los especialistas debían saber que la niña nacería con la espina bífida, pero si lo sabían no nos lo comunicaron", asegura la afectada.

Hasta la fecha, dos operaciones han tratado de paliar la malformación que sufre la pequeña en la espina dorsal y un riñón. "Sabemos que es posible que acabe en silla de ruedas y que le costará caminar. Además, tendrá que seguir un tratamiento y le han implantado una válvula en la cabeza", explicaba ayer la madre mientras sostenía en brazos a la pequeña, que ajena a toda polémica se mostraba confusa por la presencia de cámaras fotográficas y periodistas.

Al igual que a otros afectados, el síndrome Ardystil ha privado a Inmaculada Casasempere de reintegrarse en el mundo laboral. Con una pensión "insuficiente para vivir", esta mujer trata de salir adelante con el salario de su marido. Aunque sigue con las revisiones anuales en el Hospital General de Alicante, asegura que se encuentra bien y con ganas de encontrar una ocupación que sea compatible con la minusvalía que ha dejado el síndrome. "Hace unas semanas me llamaron para limpiar escaleras pero cuando se enteraron de mi edad se lo pensaron mejor, así que ahora me dedico sólo a la niña". Inmaculada Casasempere ha renunciado a tener más hijos.

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