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El problema de los chicos magrebíes sin familia se arrastra desde 1995

El Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid no han puesto en marcha los primeros programas de apoyo a los menores magrebíes que emigran solos hasta el segundo semestre del año pasado. Sin embargo, el problema de estos chicos que llegan a la capital sin medios de vida y a menudo con una idea equivocada de la realidad española no es nuevo. Ya en 1995, la mitad de los adolescentes que ingresaron en el centro de acogida de menores de Hortaleza (133), del Gobierno regional, eran marroquíes.En 1996, el defensor del menor, Javier Urra, alertaba: "El problema de la inmigración de niños se va a disparar". En 1997 fueron 351 los menores magrebíes llegados a Hortaleza.

La mayoría de estos chicos eran trasladados al centro de primera acogida por la policía porque, cuando se los encontraban por la calle sin documentación, siempre aseguraban ser menores. Unos lo eran y otros no, pero de esa manera impedían que se les expulsase a Marruecos, pues la Ley de Extranjería impide la deportación de menores.

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Una vez en el centro, los educadores ofrecían a los chavales la posibilidad de vivir en residencias de la Comunidad. Pero muchos de ellos comían, se duchaban y se escapaban. Se sentían adultos, querían trabajar, y no vivir en colegios con niños. La directora del IMMF, Esperanza García, reconocía ya en 1996: "Habría que buscar fórmulas para dar una respuesta mejor a estos muchachos".

La respuesta se pretende dar a través de los dos programas iniciados en 1999: el de captación y tramitación de los permisos de trabajo y residencia de la asociación Paideia y el de formación en cocina y albañilería de la Fundación Tomillo. Ambos están subvencionados por el IMMF.

Su objetivo es ganarse la confianza de estos muchachos. Para conseguirlo y lograr que vivan en las residencias tuteladas, y no en la calle, se les ofrecen dos de las cosas que más ansían: una formación laboral rápida y con expectativas y la tramitación del permiso de trabajo y residencia.

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