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Tensión en el PSOE entre los partidarios de la ruptura total y los de la renovación controlada

La dimisión del secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, y la búsqueda hasta el próximo miércoles de una "dirección provisional" que conduzca al próximo congreso de julio ha provocado un aluvión de posiciones que pueden dividirse en dos bloques. Por un lado, quienes apelan a la "refundación" del partido y a la ruptura con el pasado, cuyo exponente sería el ex candidato a la presidencia José Borrell, y por otro, los que temen a la tentación del "asamblearismo" y apelan a la renovación pero atentos al criterio de quienes tienen hoy poder en el PSOE: los presidentes autonómicos.

El cruce de llamadas entre los dirigentes del PSOE de todas las federaciones fue incesante para intercambiar posiciones y preparar estrategias para el comité federal del próximo 22 de marzo. Almunia dio tras dimitir las últimas instrucciones de orden interno. En esa reunión del comité federal alguno de sus miembros, ninguno de la ejecutiva federal, tomará la palabra para someter a discusión y a su eventual aprobación "un formato y unos nombres" de quienes pudieran ser los miembros de la gestora que conducirá al PSOE hasta el congreso de julio.Pero hasta que llegue ese momento quedan siete días de conversaciones. La dificultad en encontrar a ese grupo es evidente: un sector nada desdeñable del partido discrepa de la posibilidad de que sean los barones quienes tomen las decisiones. En la reunión de la ejecutiva del lunes el término que se utilízó fue el de "dirección provisional", eufemismo de "gestora", tal y como reconocían ayer miembros de esa ejecutiva que quieren alejar la connotación peyorativa que para ellos tiene tal palabra, por cuanto que significa dimisión de una ejecutiva elegida en un congreso.

Presidentes autonómicos

Hay dos posiciones nítidas. La de quines aspiran a que el proceso sea "ordenado" y que se tenga en cuenta el criterio de los presidentes autonómicos y secretarios regionales. Y la de quienes consideran el procedimiento caduco y aspiran a que la gestora y el secretario general surja de una discusión amplia de todos los sectores del partido y con una visión de cambio total. A esto añaden que los miembros de la ejecutiva actual no tienen que intervenir para nada.

Algunos de los dirigentes que sostenían ayer esta postura son los mismos que apoyaron a José Borrell en las elecciones primarias. El ex candidato, en declaraciones a la agencia Efe desde Chile, abogó por un "proceso de refundación de la izquierda más allá de los partidos que hasta ahora la han vertebrado". Borrell, que asistió a la toma de posesión de Ricardo Lagos como presidente de Chile, señaló: "Es verdad que Felipe González hizo una labor de gobierno extraordinaria, pero seguramente es verdad que lo que se ha venido en llamar la época de Felipe y la gente que él, de alguna manera, apoyó para continuar al frente del partido se ha acabado".

El excandidato aseguró que en el nuevo proceso que se abre "apoyará en lo que pueda a la refundación de la izquierda", aunque precisó que antes de nada lo que quiere es hablar con sus compañeros de la ejecutiva, como Almunia, así como con los de la ejecutiva del PSC para hacerse una idea "del análisis que hay que hacer". Algunos de los dirigentes que apoyaron a Borrell en las elecciones primarias fueron más explícitos. Es el caso de la portavoz socialista del Ayuntamiento de Valencia, Ana Noguera, también miembro de la ejecutiva federal.

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"La nueva dirección provisional que surja del comité federal ha de ser plural y representativa tanto de territorios como de pensamiento". Además, "no debe ser tutelada, porque esa situación ha sido uno de los males que ha pesado sobre la ejecutiva dimitida", dijo Noguera tras elogiar muy expresivamente "la dignidad, honestidad y responsabilidad de Joaquín Almunia". Noguera añadió que la gestora no debe formarse "desde un cónclave de cuatro o cinco personas y en ella no deben estar aquellos que han estado en el núcleo de la ejecutiva". Este criterio lo comparten otros sectores críticos del partido que tienen intención de organizarse para el comité federal del día 22.

Pero todo es incipiente. Algunos de los secretarios regionales consultados reconocen que aunque no hay instrucciones "todos miran hacia los presidentes autonómicos" para saber qué pasos van a dar o qué opiniones tienen sobre el perfil de las personas que compondrán la gestora. Ni mucho menos todavía hablan del futuro líder socialista. El presidente andaluz, Manuel Chaves, fue preguntado directamente sobre si podía ser el futuro secretario general, lo que rechazó tajantemente. Eso sí, recordó el peso de su federación para intervenir en la solución de crisis en el PSOE.

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