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Entrevista:

"Me basto y me sobro para poner en marcha políticas de izquierda"

Lourdes Lucio

Pregunta. Un rival suyo dijo que ésta había sido su legislatura de la suerte.Respuesta. Se ha hecho política y gestión con mayúscula, de suerte nada. Hemos sabido hacer las cosas, gobernado con lógica y sentido común y hemos tenido la relación que teníamos que tener con el Gobierno de la nación, intentando la negociación y, cuando ésta no ha salido, presentando nuestros planteamientos. Pero suerte, no.

P. ¿El Gobierno del PP le ha obligado a escorarse a la izquierda?

R. Lo que provoca una diferencia entre un Gobierno de la derecha en Madrid y un Gobierno de la izquierda en Andalucía es la posibilidad de contrastar políticas y que la gente pueda percibir las diferencias en las actitudes y los gestos con Andalucía. Cada uno tiene la posibilidad de poder apreciar ese contraste, quién tiene razón, lo que hace mejor o qué actitudes son las que están más de acuerdo con los intereses de Andalucía. Ante Andalucía, el Gobierno de la derecha ha tenido tantas o las mismas oportunidades que he tenido yo, al frente de la Junta, para poder convencer de que lo hace mejor.

P. ¿Por qué han evitado hablar abiertamente de la inmigración?

R. Se ha hablado, aunque no ha sido el centro de la campaña. Es posible que haya habido una cosa interactiva, que los políticos no nos hayamos pronunciado después de los acontecimientos y también los periodistas no han tenido mucho interés en seguir el tema. Quizás no ha sido el centro del debate, porque los temas de El Ejido ocuparon parte de la precampaña.

P. ¿Pero ha habido temor a perder votos?

R. No sé si muchos ciudadanos de esa comarca entendieron la posición que yo adopté de clara condena de las actitudes que hubo en El Ejido. Evité en todo momento generalizar la situación en relación con ningún colectivo.

P. ¿Sirvió de algo el debate en Canal Sur?

R. No lo sé. El hecho de que lo vieran unas 800.000 personas espero que pudiera servir. Yo entiendo, por mi propia experiencia, las dificultades que tienen los debates entre cuatro candidatos, todo es más confuso. De todas maneras, ha servido para que la gente pueda tener algunos elementos de las posiciones de los partidos.

P. En la campaña no ha citado a Teófila Martínez, ¿por qué?

R. No es intencionado, es lo que me sale del cuerpo. En las campañas de 1994 y 1996 me pasó exactamente lo mismo con el otro candidato, con Arenas. No es mi costumbre tomar como referencia al resto de los candidatos. No me sale.

P. Usted tiene mucho cuidado cuando debate con mujeres, ¿es porque teme que se interprete la crítica como una agresión?

R. Puede ser algún resabio machista que me ha quedado por ahí. Yo creo que la candidata tiene que tener el mismo trato de respeto que todos. Puede ser que en el subconsciente pueda actuar de esa manera, pero no lo hago intencionadamente.

P. ¿Su discurso feminista es una pose?

R. No, es el resultado de mi experiencia y de la valoración, del conocimiento y de las actitudes que han venido manteniendo las mujeres socialistas en mi partido. Hay una razón fundamental que me ha llevado adoptar los compromisos que he hecho: pesa mucho el saber que en Andalucía el 52% de la población son mujeres. Es un argumento definitivo.

P. Eso se sabe desde hace muchos años.

R. Quizás el proceso de convencimiento ha ido unido a la capacidad de presión de las mujeres de mi partido que, lo tengo que reconocer, han tenido una influencia notable en mí.

P. Los programas federal y andaluz del PSOE parecen complementarios, excepto el punto sobre la elección del director de la televisión pública por el Parlamento, que usted no incluye.

R. Nuestro compromiso es poner en marcha el consejo audiovisual, formado por expertos, para que controle y vigile la RTVA, pero el hecho de que el director general sea elegido por el Parlamento no cambia la situación actual de la televisión, porque puede ser producto de una mayoría o de acuerdo entre dos formaciones. Propondría un pacto entre los dos grandes partidos, PSOE y PP, en relación con todas las televisiones públicas, para que busquen fórmulas similares, respetando la autonomía de cada comunidad.

P. ¿Por qué llama a los empresarios emprendedores? Ese discurso le encanta a la derecha.

R. No creo que le agrade a la derecha, sino a los empresarios, que les gusta que un partido se preocupe de ellos y apueste por la necesidad de que haya vocaciones empresariales. Cuando nos referimos a una Andalucía emprendedora estamos hablando de muchas personas, jóvenes, que toman iniciativas en muchos ámbitos de la vida económica, cultural, de medio ambiente o cooperación. Nunca he pretendido vincular la Andalucía emprendedora al mundo de los empresarios, que hacen falta más, pero lo que queremos es que los jóvenes aprendan a solucionar los problemas por sí mismos, sin depender de nadie.

P. ¿Cómo cree que se percibe ese mensaje en los pueblos, cuando la gente lo que quiere es un puesto fijo y a ser posible en los ayuntamientos o la Junta?

R. ¡Es que no es verdad, no ocurre así! Cuando he ido a los pueblos y hemos visto los planes de desarrollo rural que se basan en los programas europeos, uno se da cuenta de la capacidad de iniciativa de los jóvenes de las zonas rurales, que no han tenido la oportunidad de pasar por la universidad. Uno se asombra de la capacidad de iniciativa que han tenido los jóvenes de localidades de 2.000 a 5.000 habitantes cuando se han puesto en sus manos medios y recursos para montar pequeños negocios.

P. Todos los partidos dicen ahora que van a subir las pensiones.

R. No creo que sea malo que los partidos hablen de pensiones en campaña, de la misma manera que de jóvenes, mujeres o pequeños empresarios. Lo que ocurre es que cuando se comprometen incrementos de pensiones hay quien tiene credibilidad y hay quien no. Yo puedo tenerla porque en diciembre de 1998 las incrementé y no tenía a las puertas ningún proceso electoral y porque estuvimos luchando un año para que Aznar subiera las pensiones por encima del IPC. Creo que Aznar no tiene esa credibilidad, porque no adquirió el compromiso antes, lo hace ahora en plena campaña.

P. Todas las encuestas sitúan a PSOE andaluz al borde de la mayoría absoluta. Si no la consigue, ¿considerará que ha fracasado?

R. No, en absoluto. El objetivo que nosotros nos marcamos es ganar y gobernar. Conseguir la mayoría absoluta es difícil, pese a las encuestas. Lo que firmaría es ganar las elecciones.

P. En ese caso, ¿por cuál de sus dos potenciales socios se decanta, IU o PA?

R. En estos momentos no tengo... Siempre he dicho una cosa: a mí Izquierda Unida nunca me va a dar lecciones de izquierda, ese magisterio lo perdieron hace algunos años. Me basto y me sobro para poner en marcha, como ya he puesto durante estos años, políticas de izquierda. El PSOE es el referente del centro izquierda y de los ciudadanos progresistas en Andalucía. Y tampoco tengo un contrato de por vida con el Partido Andalucista. Mi contrato ha sido de cuatro años. No estoy condicionado ni por uno ni por otro. Vamos a esperar al 12 de marzo y a ver el mensaje que nos envían los ciudadanos a través del voto y entonces, si no hay mayoría absoluta, optaremos y veremos todas las posibilidades.

P. ¿Al día de hoy hay un clima de confianza mutua PSOE-IU?

R. En estos momentos no, pero no excluyo la posibilidad de un gobierno con IU. Lo que sí es verdad es que la complicidad que pueda haber entre el PSOE e IU a nivel nacional no existe aquí, porque nuestras relaciones han sido bastante tormentosas. Pero tengo capacidad, talante y voluntad de superar esas relaciones.

P. Siempre se habla de tres escenarios para el PSOE: mayoría absoluta, pacto con PA o IU. Pero también puede gobernar con pactos puntuales.

R. Nunca hay que descartar ninguna posibilidad, pero mi experiencia de gobierno me dice que lo mejor es garantizar la estabilidad política del gobierno con carácter permanente.

P. ¿Lo aprendió de la etapa de la pinza PP-IU?

R. Lo he aprendido de la pinza y también del gobierno de coalición con el PA. No hay que descartar nada. También la estabilidad política la pueden dar los acuerdos parlamentarios, un acuerdo de legislatura amplio, aunque no sea de gobierno. Hay muchas hipótesis, pero lo que más me gustaría es garantizar la estabilidad política del gobierno.

P. ¿Le obligaría a pactar con IU un Gobierno de la izquierda en Madrid?

R. En absoluto. Algunas veces se nos acusa con mucha facilidad de que hacemos seguidismo de las políticas de Madrid y ahora se dice que tenemos que hacer lo mismo. Ni una cosa, ni la otra. Quiero dejar absolutamente claro que de la misma manera que no tengo una carta en blanco con el PA, tampoco voy a aceptar ninguna imposición de Madrid en ese sentido. Pienso tener toda la autonomía para decidir qué es lo mejor para los ciudadanos andaluces.

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