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Reportaje:

Los conflictos judiciales de Jesús Gil marcan el ritmo de la vida política de la localidad malagueña

Un empresario llega al hoyo 5 del club de golf Guadalmina con visible irritación: "Es como estar en mitad de una avenida, en una gran ciudad". Las grúas tienen una magnífica vista sobre los greens. En uno de los campos más exclusivos de la costa de Málaga están construyendo un grupo de casas adosadas frente al hoyo 5 y unos bloques de pisos a la altura del 15.En Guadalmina está el origen del negocio turístico: Norberto Goizueta compró aquí 300 hectáreas en 1933. Diez años después animó a Ricardo Soriano, tío de Alfonso de Hohenlohe, a adquirir El Rodeo: 15 hectáreas junto al mar donde el metro cuadrado costó tres reales. El valor se ha multiplicado por 70.000. Soriano impuso un estilo de hacienda californiana, a base de cal, tejas y vegetación.

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Allí, Edgar Neville estrenó en los cincuenta una casa a pie de playa, a la que llamó Malibú en recuerdo de su paso por Hollywood. Para entonces, Hohenlohe buscaba un diseño hispanoárabe: viviendas de una sola planta, de apariencia modesta. La segunda época empieza en los setenta, con los magnates del petróleo, que levantan mansiones ostentosas. Los nuevos ricos, indígenas y foráneos, protagonizan la tercera fase, con casas nada discretas que imitan a las de los jeques. La cuarta etapa son los bloques de Jesús Gil, alcalde de la ciudad desde 1991 y líder de su propio partido, el Grupo Independiente Liberal, el GIL.

La paralización del plan de ordenación urbana ha generado inseguridad. También pleitos. Tantos que el candidato de IU al Parlamento andaluz y concejal durante 12 años, Andrés Cuevas, sugiere zumbón que "Gil debe alquilar un ático frente a los juzgados para ahorrar gasolina". Inmaculada Gálvez, abogada y dirigente de Los Verdes, ha puesto 48 denuncias penales por delitos contra la ordenación del territorio o el medio ambiente. Gálvez va para diputada andaluza con el PSOE, pero critica "la pasividad" del delegado de Urbanismo de la Junta.

En 1998, el Ayuntamiento pretendió declarar como nuevo suelo urbanizable 30 kilómetros cuadrados. La Junta de Andalucía lo rechazó, porque la mitad de ese territorio es de alto valor ecológico. Algunas actuaciones urbanísticas recientes han movilizado a la gente. El 25 de noviembre, 8.000 personas se manifestaron en el barrio obrero de Las Albarizas para impedir que se derribara el Estadio Municipal. "Se anunció que querían construir unos aparcamientos, pero iban a hacer pisos", cuentan Ana Más y Alfonso Sepúlveda, de la asociación de vecinos. Dos semanas antes, otros 4.000 manifestantes protestaron por el desmonte de una ladera, cerca del centro. Un jubilado, Ramón Urién, lidera este movimiento: "El Pecho de las Cuevas es una zona verde, que el Ayuntamiento recalificó y vendió por 400 millones en enero de 1998. En 19 días se hicieron cinco reventas y el precio se puso en 1.600 millones". Colgados de árboles y máquinas, los vecinos retrasaron las obras. Tras la manifestación, el alcalde retiró la licencia.

¿Perderá Gil electores en Marbella? En 1993, en su mejor momento, sólo 2.575 marbellíes votaron su lista para el Congreso. Eso y su escasa campaña en la ciudad hacen pensar que entrega esta plaza. Su teniente de alcalde, José Luis Troyano, candidato al Senado, reconoce que su partido "tiene muchos menos medios que en las municipales", pero tiene una fe ciega en que su jefe "sale por Madrid". Ana Más, de Las Albarizas, no lo cree: "Gil es como un aerolito, no se sabe de dónde viene y desaparecerá pronto".

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De los juzgados de la ciudad ha desaparecido su decana, Pilar Ramírez, expulsada de la carrera en enero. A petición del alcalde, Ramírez utilizó dos veces, en 1995 y 1997, el decreto 18/1969 empleado por el juez García Castellón para intervenir el Atlético de Madrid. Gil lo califica ahora como "franquista", pero la magistrada lo usó para intervenir el Atlético de Marbella y más tarde Puerto Banús. En junio, la Fiscalía Anticorrupción atribuía esta última operación a Felice Cultrera y Gianni Meninno, presuntos miembros de la Mafia siciliana, "a los que han estado sirviendo como representantes, asesores y socios" el padre y el hermano de la juez.

Jesús Gil niega tener relaciones mercantiles con Cultrera. El alcalde está concentrado en lograr un escaño por Madrid. Si no es diputado, el 20 de marzo tiene una cita en los tribunales. Se enfrenta a una petición de 34 años de cárcel y 2.000 millones de multa por el caso Atlético. Se le acusa de enajenar parte del patrimonio de la ciudad en favor del club. Si consigue entrar en el Congreso, le tendría que juzgar el Supremo. Este caso arrancó en 1996 con una denuncia de la portavoz del PSOE en el Ayuntamiento, Isabel García Marcos, candidata al Senado.

Felice Cultrera será juzgado el 5 de mayo en Málaga. Y con él, como cómplice, Juan Ramírez, el padre de la juez. Se les acusa, en el caso Casino, de una estafa multimillonaria en la supuesta compra del hotel y el casino de Puerto Banús.

Menos créditos

Los empresarios están preocupados por las alusiones a las mafias. Pedro Rodríguez, presidente del Centro de Iniciativas Turísticas, las considera exageradas. También lamenta que los bancos no estén dando créditos: "Entretanto, gente de fuera trabaja con financiación exterior". Rodríguez cree que los promotores extranjeros controlan casi la mitad del negocio: "Hay 300 proyectos urbanísticos en marcha desde la costa de Málaga hasta Algeciras, entre los terminados, en construcción o planeados". Eso significaría que "casi un millón de personas puede venir a vivir aquí". Un fabuloso negocio, inasumible con las infraestructuras y el saneamiento actuales.

Marbella tenía 10.000 habitantes en 1950 y un presupuesto municipal de un millón de pesetas. Ahora hay 100.000 residentes y su alcalde maneja 21.000 millones. Quica Caracuel, portavoz del PP en el Ayuntamiento y candidata al Parlamento andaluz, advierte de que "no hay presupuesto nuevo, ni se liquida el anterior, desde hace dos años".

A pesar del frufrú de las togas y la masificación desbocada, la ciudad sigue importando fantasía. En verano viene a su casa de Los Monteros el más internacional de los actores españoles, Antonio Banderas. También ha vivido en los últimos tiempos Sean Connery, que compró la hacienda de Edgar Neville. 007 se enfadó cuando le construyeron al lado un bloque de pisos y se deshizo de Malibú. Aunque ahora dicen que "nunca fue suya realmente". No por ficción, como en el cine, sino por los impuestos. Nadie es perfecto.

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