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El suicida que quizá no existió

Cinco jóvenes de entre 17 y 28 años fallecieron el 19 de septiembre del año pasado en un espectacular accidente ocurrido al chocar frontalmente dos vehículos en la carretera nacional N-152, en el término de Malla (Osona). La versión de la Guardia Civil, recogida en un informe entregado al juzgado, apuntó a un conductor que circulaba en sentido contrario como la causa directa de la tragedia. El presunto causante del accidente, Francisco Enrique Jiménez, fue una de las víctimas mortales y entonces se llegó a decir de él que actuó de esa manera kamikaze movido por una apuesta.La familia no se conformó con la versión oficial y contrató a un prestigioso perito judicial -Francesc Menen Raurich, con 22 años de ejercicio-, quien ha elaborado un informe que aporta una hipótesis totalmente distinta. Ese informe asegura que el vehículo que conducía Jiménez, un Volkswagen Corrado matrícula B-5151-LL circulaba en dirección a Barcelona por la N-152 por el carril de la izquierda y cuando se estaba desplazando al de la derecha para dejar paso a otro automóvil que le quería adelantar fue empujado en la parte posterior y lateral izquierda por un vehículo todoterreno dotado de una espectacular protección metálica. El mismo informe explica que, tras el impacto, el todoterreno siguió su marcha, pero el vehículo que conducía Jiménez quedó parcialmente atravesado en la calzada y prácticamente detenido. Segundos después, impactó contra él un Renault Clio matrícula B-3285-NT. El acompañante delantero, Martí Serra, salió despedido por el parabrisas al no llevar puesto el cinturón de seguridad y fue arrollado mortalmente durante 94 metros por otro vehículo.

El coche ardió

A los pocos segundos de producirse la colisión, el Clio se incendió y fallecieron su conductor, Jordi Padrós, Martí Serra, Xavier Rifa y Sara Portet, todos ellos de entre 17 y 21 años y vecinos de Tona. Francisco Enrique Jiménez, residente en Hostalets de Balenyà también murió en el acto a causa del impacto.

El informe de la Guardia Civil asegura que el vehículo conducido por Jiménez se salió de la calzada, chocó en dos ocasiones con la valla de protección y realizó un giro de 180 grados. Posteriormente, reanudó la marcha en sentido contrario "ignorando el motivo de dicha circunstancia, aunque posiblemente debido a la desorientación que le produjo el doble choque", explica el informe. En otro apartado se asegura que la distancia recorrida contra dirección fue de 1.400 metros y precisa que Jiménez no tenía mucha experiencia como conductor.

El informe pericial de Menen Raurich entiende, por el contrario, que se trataba de un conductor con más de un millón de kilómetros a sus espaldas, que pasaba el día a bordo de camiones de gran tonelaje. El mismo perito precisa que la Guardia Civil realizó la reconstrucción del accidente "sin tener en cuenta los principios newtonianos, aristotélicos o galilenianos". En este sentido, recuerda que, de ser cierta la hipótesis oficial de que el vehículo chocó contra la protección ondulada de cemento que separa la carretera, el Corrado presentaría unos impactos bien distintos a las simples abolladuras, motivadas, según el perito Francesc Menen, por la protección y las ruedas del todoterreno.

El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Vic decretó el pasado 24 de enero el archivo de las diligencias penales a causa del fallecimiento de los implicados. Ahora deberá determinar las indemnizaciones a los familiares y qué compañía de seguros tiene que asumirlas.

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