Documanía emite hoy un especial sobre la discriminación femenina
Desde África a Asia, los derechos de las mujeres son constantemente violados. Tradición, religión o simples prejuicios ancestrales han convertido la existencia de millones de féminas en un infierno: la violencia doméstica o las discriminaciones legales forman parte de su vida cotidiana. Documanía (CSD y redes de cable) emite hoy, Día de la Mujer Trabajadora, el especial Mujeres encadenadas (23.00), que denuncia su situación en países del Tercer Mundo.
En Occidente existen aún diferencias entre mujeres y hombres. En el Tercer Mundo son tan sangrantes que producen pavor. Siervas sumisas, convertidas en propiedad legal y sexual de los hombres y reducidas al eterno papel de reproductoras, ya desde su nacimiento están discriminadas: menos medicinas, menos alimentos, menos atenciones... Todo bendecido por la religión estatal: el islam. El infanticidio femenino es una práctica común en algunas partes de la India. Así, sin esperanza de progreso, en el sureste asiático, entre el 2% y el 14 % de las mujeres se dedica a la prostitución. Un floreciente negocio. El tercero después de los tráficos de drogas y armas. La cámara vuela a Pretoria. Una muchacha, Verónica, de 14 años, cuenta que no va al colegio, que se dedica a la prostitución porque necesita dinero. Otro salto geográfico. Un chulo anónimo de un club de alterne de algún punto de la frontera hispano-portuguesa dice que las mujeres trabajan para pagar su rescate. "Si no cumplen, se gana su voluntad con golpes, patadas, quemaduras de cigarrollos y descargas eléctricas", recita.
Mujeres encadenadas también muestra las consecuencias de la violencia doméstica. Muchas peleas terminan con la muerte de la mujer. Pero en Pakistán cualquier esposa que ose denunciar a su marido puede acabar sus días en un sanatorio mental. Lo terrible es ver la resignación con que aceptan su destino. El silencio a veces se rompe. Todavía hay voces que se alzan con valentía, como es el caso de la escritora Taslima Nasreen. Sus libros han sido prohibidos, ha recibido amenazas de muerte y tuvo que dejar Bangladesh en 1994.
El documental termina en África, donde cada día 6.000 niñas son sometidas a la ablación del clítoris, práctica que además de privarles del placer sexual puede provocar la muerte. Una costumbre brutal que sufren 135 millones de mujeres.
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