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Elecciones 2000

La campaña afronta la recta final mientras supera el impacto del doble asesinato de Vitoria

La campaña electoral afronta sus últimos cinco días y lo hará lastrada hasta el final por los asesinatos de Fernando Buesa y Jorge Díez y por la colisión entre los partidos que provocó. Si el PNV mantiene una actitud de respeto a los socialistas y centra sus energías en atacar al PP y atajar la abstención, el PSE-EE no parece dispuesto al olvido y ayer advirtió al partido de Arzalluz de que no basta con guiños y que fracasará si intenta el acercamiento sin antes variar "radicalmente" de posición. El PNV "tiene que cambiar y vamos a obligarle a cambiar", dijo ayer Nicolás Redondo.

El secretario general de los socialistas vascos, que apoyó en San Sebastián a los candidatos Fernando Múgica, Elvira Cortajarena y Alberto Buen, señalo que cualquier intento de acercamiento a su partido por parte del PNV está saldado de antemano con el fracaso si no va acompañado de un cambio sustancial en las posiciones de este último partido. "Si alguien del PNV piensa que con guiñar un ojo al PSOE o al PSE- EE o cambiando la fachada puede atraernos a los socialistas, se equivoca", dijo. Redondo avisó al PNV de que los socialistas no van a olvidar "lo ocurrido estos meses, que han culminado con el asesinato de Fernando Buesa".Como era de prever desde el 22 de febrero, cuando el coche bomba de ETA explotó en Vitoria, la campaña electoral sigue marcada y lo estará hasta su último día. Por ejemplo, los socialistas han introducido en su calendario un acto, que se celebrará mañana en Vitoria, concebido con carácter cívico, y en el que no habrá petición de voto. Será una llamada en defensa de la convivencia, "de los valores de la vida la paz y la libertad desde el respeto a lo diferente".

El lugar será el parque Jorge Díez Elorza, escenario del atentado y que ya lleva el nombre del ertzaina escolta de Fernando Buesa. Entre los asistentes estarán el secretario general de la UGT, Cándido Méndez, su antecesor, Nicolás Redondo Urbieta, la eurodiputada Barbara Dührkop y el filósofo Fernando Savater, además de dirigentes y candidatos del PSE-EE.

En su intervención de ayer, Redondo interpeló directamente al líder de HB-EH, Arnaldo Otegi, a quien llamó a enfretarse a la realidad y le preguntó cómo puede permanecer callado, sin resolver el dilema de estar con ETA, que ha matado a un compañero suyo de escaño, o manifestarse "sin zarandajas" contra ese hecho.

PP y PNV, pese a Estella

También tuvo palabras duras para el PP: le censuró estar "sembrando la duda" sugiriendo que los socialistas han llegado a un acuerdo con los nacionalistas y atacó la promesa de José María Aznar el sábado de no pactar con el PNV mientras este partido se mantega en el Acuerdo de Estella. El dirigente del PSE-EE recordó que el PNV estaba ya en él hace "seis meses y un año", sin que ello haya sido obstáculo para que el PP permaneciera "coaligado intensamente" con la formación nacionalista. El líder socailista, en un guiño dirigido a simpatizantes y votantes "moderados" del PNV, y en supuesto desacuerdo con la estrategia de ese partido, dijo que el PSE es el único con la intención y la capacidad de dialogar con todos los demás, y de hacerlo con el respeto a las reglas del juego democrático por delante. Según las encuestas, el PSE se disputa con el PNV en Guipúzcoa el segundo diputado por este territorio.

El primer candidato al Congreso por Guipúzcoa, Enrique Múgica, cuyo hermano Fernando y el senador Enrique Casas, también víctimas de ETA, fueron recordados en el mítin, reclamó el aislamiento social de quienes justifican y apoyan el terrorismo. Múgica reclamó esa medida recordando la llamada en ese sentido efectuada por el ex-lehendakari José Antonio Ardanza tras el asesinado de Miguel Ángel Blanco.

Tanto Redondo como Múgica se mostraron dispuestos al diálogo "con todos", salvo con quienes el último llamó "euskonazis". "Con el nazismo no se pactar, se le derrota", dijo el ex ministro de Justicia.

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