Más reformas: disculpen las molestias Las universidades ultiman la segunda revisión de los planes estudios en lo que va de década. Los maratones de los exámenes cuatrimestrales, con los días contados
Nuevo siglo, planes nuevos. Los estudiantes que se incorporen a las aulas universitarias el curso próximo, estrenarán un buen número de planes de estudio reformados, cuya revisión está siendo ultimada por las universidades valencianas. Fundamentalmente, se encontrarán con una reducción de créditos (un crédito corresponde a 10 horas lectivas) por año, una reducción del número de materias cursadas de forma simultánea (no más de seis) y un mínimo de 4'5 créditos por asignatura. Todo ello entre otras mejoras que pretenden evitar los defectos puestos de manifiesto en el diseño y aplicación de planes de estudio, a partir de la regulación de las enseñanzas universitarias en 1987 y las posteriores reformas de los años 90. Por eso se conoce a este proceso también como "contrarreforma" que, lógicamente, afecta menos a las jóvenes universidades que a las veteranas. Algunos planes ya han sido modificados y aprobados de acuerdo con este espíritu reformista, plasmado en el real decreto de 1998, y los de reciente implantación llevan ya incorporadas sus directrices.Aparte de los requerimientos legales, las universidades han aprovechado la reforma para alcanzar determinadas metas. La de Valencia, según se plasma en su documento de objetivos, aspira a "disponer de una oferta de títulos con planes de estudios que sean capaces de permanecer de forma estable a lo largo de los próximos años". Se pretende, asimismo, propiciar "la reducción del número de estudiantes por grupo" y que los planes "tengan un carácter menos especializado", de manera que "los títulos relacionados compartan un número de asignaturas mayor de lo que hasta ahora venían haciendo". También se propone "limitar el número de asignaturas optativas de los planes de estudio". La optatividad recaerá sobre todo en el último curso del primer ciclo y en el segundo ciclo.
Es en esta universidad, con nada menos que 42 planes en la fase final de la reforma, donde el proceso, a lo largo de dos años de trabajo, se ha presentado más complejo. En el mismo han participado "cientos de personas", al decir del Vicerrector de Estudios, Oscar Barberá, a través de dos tipos de comisiones diferentes: una comisión técnica por área (Humanidades, Ciencias Sociales, Ciencias Básicas, Educación y Ciencias de la Salud) y una comisión académica por cada título. Por no citar la Comisión de Estudios, responsable de elaborar el dictamen final que deberá aprobar la Junta de Gobierno a finales de marzo, o la comisión de notables y la comisión de alumnos, que ejercen un papel asesor.
En este momento, los planes reformados, superado el periodo de información pública, se encuentran en fase de alegaciones. "Hay una media de dos o tres alegaciones por plan", señala Barberá. "Los que más problemas han dado en su elaboración son los de Magisterio y, en general, los que más troncalidad tienen, porque apenas dejan espacio a la optatividad", explica el vicerrector. También la reforma de Derecho está resultando problemática, pero por diferentes motivos.
En Magisterio, "el problema se resolverá incrementando el número de créditos de la diplomatura en un 10% para abrir un mínimo espacio a la optatividad", aclara Javier Escrivá, vicerrector de Organización Académica de la Universidad de Valencia. (Son materias troncales las que deben cursar todos los alumnos de una misma especialidad en cualquier universidad española, son "obligatorias" las que marca la propia universidad para un plan de estudios concreto y son "optativas" las que el alumno puede escoger para diseñar su propio currículo.
El problema que plantea la reforma del plan de estudios de Derecho en Valencia es la insatisfacción que produce la situación actual y la incertidumbre respecto a los cambios introducidos en las directrices generales del plan por un acuerdo del Consejo de Universidades que todavía no es público ni, por tanto, aplicable. "Nos arriesgamos a hacer una propuesta partiendo de supuestos que no han sido aprobados oficialmente", explica Javier Escrivá, en coincidencia con la postura que mantienen la mayoría de los decanos de Derecho. Esa propuesta supone desplazar parte de la troncalidad del segundo ciclo (ahora son 120 créditos, frente a los 150 de antes, en dos años) al primero ( ahora son 180 créditos en 3 años, frente a los 150 créditos en 3 años de antes).
En la Universidad de Alicante, Derecho cuenta con plan de estudios nuevo "que no necesita reforma". Los planes de estudios en proceso de reforma son quince, mientras algunos otros están sólo a la espera de homologación por parte del Consejo de Universidades. "Los planes de estudios se modifican ligeramente, no podemos hablar de grandes cambios", comenta Vicente Gomis, director del Secretariado de Estudios de esta universidad de Alicante, que destaca cómo el nuevo sistema "evita situaciones conflictivas para los alumnos que antes en un cuatrimestre tenían que superar quizá hasta doce exámenes, y además ahora el profesor pude profundizar más en los contenidos". La discusión sobre los planes comenzó hace meses en el seno de los departamentos, donde cada profesor proponía alternativas y adecuaba su temario a las directrices de la reforma.
En Alicante, "en general, no ha habido grandes conflictos", asegura Gomis, "aunque ciertamente en algunos casos los profesores se ven obligados a compartir asignaturas y otros no tienen docencia". Las modificaciones que entrarán en vigor el próximo curso en la mayoría de las titulaciones fueron aprobadas primero por las distintas juntas de centro para pasar después el examen de la Junta de Gobierno. Tan sólo en el caso de Ingeniería Química se aprovechó la última modificación para cambiar de 4 a 5 años la duración de la carrera. En el resto, las modificaciones afectan exclusivamente al contenido y duración de las asignaturas.
Antes de proceder a la reforma, la Universidad de Castellón somete los planes de estudios a "una evaluación institucional, para ver cuáles son sus puntos débiles y fuertes", explica Vicent Climent, vicerrector de Ordenación Académica. En esta fase se encuentran seis planes, mientras que otros ocho ya se hallan en plena revisión, a través de las comisiones de reforma académica internas, así como de comisiones mixtas Universidad-Sociedad que son específicas de la Jaume I.
Una de las cuestiones a resolver con la implantación de los planes reformados el próximo curso es la adaptación de los alumnos que cursan los planes a extinguir a los nuevos. "El problema será no tanto las reglas aplicar como la casuística de los expedientes académicos", anticipa Oscar Barberá. A este efecto, la universidad de Valencia tiene previsto poner en marcha un Plan de Adaptación con el que, señala Javier Escrivá, "intentaremos estimular a los estudiantes a que se adapten, facilitando con generosidad el paso de uno a otro plan". Asimismo, hay un proyecto de simulación "para ver cuál puede ser el volumen de conflicto" cuando llegue el momento de las convalidaciones.
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