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División en la comunidad islámica de Barcelona por la oferta saudí para construir una mezquita

Un sector quiere un centro abierto a todos los musulmanes y no sólo un edificio majestuoso

La propuesta para financiar la mezquita de Barcelona formulada el pasado verano por la familia real saudí al Ayuntamiento de la ciudad ha suscitado opiniones encontradas entre los dirigentes islámicos afincados en España. La representante en Cataluña de la Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas (FEERI), Marian Cabezos, ha expresado sus reservas respecto a que un Estado costee en solitario el lugar de culto de muchos y distintos musulmanes. El influyente imam del Centro Islámico de la Meridiana, el sirio Najem Alhassan, en cambio, cree que así la construcción no se eternizará.

El templo que Riad ofrece a la ciudad tendría unas características muy similares al espectacular complejo que la realeza saudí posee en Madrid, junto a la M-30. Se trata de un conjunto que dispone de una escuela, una sala de reuniones y convenciones con un aforo para 500 personas y un centro de estudios.En la capital catalana están abiertos al culto una docena de pequeños oratorios, pero ninguno reúne las condiciones necesarias para dar cabida a la comunidad musulmana, que ha experimentado un aumento considerable en los últimos años con la llegada de centenares de inmigrantes.

A juicio del imam de la Meridiana no hay duda de que el potencial económico necesario para costear un proyecto de tal envergadura no es fácil de encontrar en territorio español. Del Ayuntamiento se espera que aporte los terrenos, pero sobre la financiación no se hace muchas ilusiones de que las instituciones españolas laicas corran con los gastos. Alhassan cree que la fecha del 2004 marca el horizonte deseable para que la ciudad anfitriona del Fòrum de les Cultures disponga ya de los cuatro templos -la catedral católica, el templo budista, la sinagoga y la futura mezquita- donde puedan orar los participantes procedentes de distintos puntos del planeta.

Las reacciones suscitadas por el primer escrito dirigido el pasado verano por la Embajada saudí al alcalde de Barcelona, Joan Clos, han sido variadas. Si para la Administración local se abría una ventana que permitía abrigar por fin fundadas esperanzas de que el proyecto se materializara, desde algunas comunidades islámicas se dispararon las alarmas. La federación que agrupa a diversas entidades religiosas islámicas (FEERI) considera que el gesto saudí es una forma de ampliar el control que ya ejerce en otras ciudades españolas.

Marian Cabezos asegura que la mezquita que desean debe ser "un centro genuino para los musulmanes, pero abierto a todos, un lugar vivo y no un edificio majestuoso que resulte inservible en la práctica". PASA A LA PÁGINA 8

Las dimensiones reducidas de los oratorios islámicos de Barcelona conduce a la exclusión de las mujeres

VIENE DE LA PÁGINA 1 Las mujeres musulmanas son las primeras interesadas en que la mezquita de Barcelona cristalice lo antes posible. En ninguno de los 12 lugares de culto diseminados por todo el mapa barcelonés se admite la entrada de mujeres basándose en que las reducidas dimensiones de los oratorios -algunos de ellos están ubicados en garajes- conduce a reservar el espacio disponible para los hombres.

El imam de la Meca visitó Barcelona el pasado año y se entrevistó con el consejero de Gobernación, Josep Antoni Duran Lleida, y con otros miembros del Ejecutivo catalán. Esta visita demuestra el interés de las autoridades religiosas islámicas por acometer la edificación del templo.

Las dificultades que la Administración central ha encontrado no son únicamente de índole económica y apuntan a la excesiva atomización que caracteriza al asociacionismo islámico, sobre todo el que agrupa a los ciudadanos procedentes de los países del Magreb. La ausencia de un interlocutor reconocido por la mayoría ha contribuido a dilatar un proceso negociador que arrancó a medio gas hace cinco años, pero que no empezó a tomar cuerpo hasta el pasado año. El nombramiento de la catalana Marian Cabezos no cubre el vacío de representación, a juzgar por las declaraciones que efectuó ayer Najem Alhassan, quien entiende que es la comunidad islámica la que deberá elegir a la persona que represente a los musulmanes en Cataluña para que éstos la consideren válida. Alhassan anunció que se está gestando otra nueva federación.

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