La calamidad se ceba sobre un país que intentaba salir de la pobreza
Maputo La situación no puede ser más dramática e injusta con un pueblo amable, resignado y empeñado en abandonar la desgracia. Tras 18 años de guerra civil, más de un millón de muertos y, paradójicamente, sin agua potable entre más de dos tercios de la población, Mozambique se debatía por salir de una inmensa pobreza gracias a la inestimable ayuda internacional (cerca del 80% de su presupuesto anual).
Su renta per cápita no llega a los 140 dólares (24.000 pesetas), más del 75% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza (fijado en un dólar por día) y cerca del 80% está en el paro más absoluto.
Pero la ayuda internacional estaba invirtiendo esa situación. La inflación se redujo en 1997 al 5,6%, el PIB aumentaba vertiginosamente y el crecimiento anual se cifraba entre el 12% y el 15% cada año. Las aguas, sin embargo, han ahogado un esfuerzo que estaba convirtiendo a Mozambique en un ejemplo para toda África.
"Esto no es el huracánMitch", explicaba el embajador español, José Eugenio Esterich, "pero va a dejar un enorme rastro de miseria por todo el país. Y lo peor es que las inundaciones pueden extenderse al norte de la nación. Esto es una muestra de de la fragilidad de todos estos países. Una pena para Mozambique".
Población rural
[Con algo menos de un millón de kilómetros cuadrados, el 85% de la población habita en el campo y en ocasiones en núcleos muy dispersos, lo que ha dificultado extraordinariamente las labores de localización de supervivientes y su rescate en medio de un mar de aguas marronáceas.
Las autoridades no han podido evaluar los daños en las infraestructuras, principalmente vías férreas, carreteras y canalizaciones de agua. En la zona de la capital, Maputo, el 70% del suministro está garantizado, aunque la superpoblación de la ciudad, que ya se daba con anterioridad a las inundaciones, se ha visto multiplicada con la llegada de miles de refugiados.
Un informe difundido por Cruz Roja señala que sólo en la provincia de Gaza, al norte de Maputo, 1.609 kilómetros de carreteras han quedado completamente destruidos. En esa misma provincia, en la ciudad de Xai Xai, el sistema de aguas subterraneas y el de agua potable se han mezclado, con el consiguiente riesgo para la población.
El caos provocado en el frágil sistema sanitario y el riesgo de aparición de epidemias se vienen a sumar a las deficiencias hospitalarias de un país donde la esperanza de vida apenas alcanza los 47 años. En cuanto al sistema educativo, antes de las inundaciones la tasa de alfabetización era del 40% para la población de 15 años, según la organización de cooperación Canadá-Mozambique].
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