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El voto de Adán y Eva

ADELA GARZÓN

La retahíla de adjetivos la empezó Aznar con eso de "mujer-mujer". La exigen-cia social rompió con los adjetivos para reclamar la paridad "mujer-hombre". Y esta paridad se reivindica en elecciones, en candidaturas y en la competición política.

Si hacemos cuentas en eso de la paridad y el orden de los candidatos, a través de las listas, surge en Valencia lo que podríamos llamar el misterio de la pareja.

Tres mujeres encabezan listas entre Castellón, Valencia y Alicante, dos de IU y una del PSOE. En segundo lugar encontramos a cuatro (PP, Bloc, PSOE y UV). El tercer puesto ya es más generoso, lo ocupan siete mujeres que se distribuyen entre los cinco partidos.

Cerrando listas, cuatro mujeres ocupan el último puesto de las candidaturas. Siete mujeres se sitúan en el penúltimo. En definitiva, ocupan principalmente posiciones intermedias. Claro que la importancia de este orden varía según las posibilidades de cada partido. Una mujer en cabeza de lista del Bloc dice mucho, en IU dice algo, pero en el PP o el PSOE simplemente significa que se pueden permitir lujos prohibidos a los partidos con menor expectativa de éxito.

Pero el hecho más significativo es lo que llamamos el misterio de la pareja, que tiene múltiples interpretaciones. O los astros se han cruzado, o IU y PSOE se han puesto de acuerdo para conseguir unas listas en Valencia que son de papel y lápiz, de libro, porque son listas de pareja, de chico-chica. ¡Quién lo iba a decir! Es el pacto de género, el gancho para captar electorado femenino. En esas listas tenemos candida-tos cruzados: a un candidato en el PSOE, le corresponde una candidata en IU (Ciscar-Presentación Urán), a una candidata en el PSOE le corresponde un candidato en IU (Carmen Alborch-Morcillo) y eso se repite en 13 de los 16 candidatos posibles, algo que está más allá de cualquier azar. Solamente las posiciones 3, 9 y 16 son ocupadas por varones en ambas listas.

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Barcelona presenta el mismo síndrome, un patrón parecido, de 31 pares de candidatos, 22 (PSOE-IU) forman pareja chico-chica. A Narcís Serra le acompaña Rosa Cañadell de IU, a Maite Costa le acompaña Juan Guil de IU y así sucesivamente. Por seguir con nuestro entorno natural, en Baleares, aunque el número de candidatos es más reducido, también aparece la misma tendencia.

Estamos, sin duda, ante el voto de Adán y Eva. No hay casualidades, no hay azar. Es un nuevo y atractivo escenario que nos ofrece el pacto entre IU-PSOE. Es la paridad, pero alcanzada en un paraíso electoral.

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