El nombre de la cosa AGUSTÍ FANCELLI
No llevaba prisa Paco Frutos. Había convocado "la cosa" a las 11 de la mañana en la fábrica Seat de Martorell. "La cosa" no era eso que dice Aznar que no se sabe lo que es, sino otra cosa que tampoco se sabía lo que era, pues la nota de convocatoria de Izquierda Unida no lo aclaraba: que si una visita a la factoría con periodistas, un encuentro del líder con obreros de la factoría ante periodistas o una rueda de prensa con periodistas ante obreros de la factoría. En fin, alguna cosa de Frutos, obreros y periodistas sí era. Arias-Salgado mediando, el hombre llegaba vía aeropuerto de El Prat a las 11.30 horas, por cierto montado en un Mitsubishi Calibra, que allí cantaba ligeramente. Le atendíamos un grupo de periodistas y obreros en alegre compadreo. Saludos cordiales. Pero hete aquí que el candidato se metía en un despacho con directivos de la empresa que se habían colado y no volvía a asomar hasta pasados 20 minutos. "Bueno, ¿qué hacemos? ¿Primero la visita y luego la rueda de prensa o al revés?". Alguien de la desorganización le informaba entonces que visita con cámaras nasti de plasti, por aquello del espionaje industrial de la era superlópez. Vaya un chasco, la verdad. Pero, al menos, una incógnita quedaba despejada: sería una rueda de prensa, no una visita a una fábrica. Una rueda de prensa con periodistas y obreros, que es una modalidad infrecuente pero muy digna.Estupendo, pues vamos allá. Mas, ¿qué ocurría ahora? Pues que en el vestíbulo del salón de actos Paco Frutos había divisado un seiscientos conservado como pieza de museo y acudía a fotografiarse junto a él. "Yo tenía uno en 1977, durante las primeras elecciones generales. Me presentaba segundo en la lista por Girona, pero trabajaba como secretario de Comisiones Obreras en Barcelona. ¡La de kilómetros que llegué a hacer con él! Iba a todas partes a 130 por hora". (O sea, que lo de la cachaza le vino después). "Recuerdo una vez que iba con el coche cargado de propaganda ilegal y se me paró. ¿Sabéis quién me ayudó a empujar? La Guardia Civil, je, je".
Las 12.10 horas. ¿Ahora sí? Eso parecía. Antes aún tomaba la palabra un compañero que se lamentaba por "los problemas de presencia en los medios de comunicación que estamos teniendo". Hombre, pues quizá organizando un pelo mejor las cosas... Por fin hablaba Frutos. No daba una rueda de prensa, según lo último que se había sabido, sino un mitin en voz bajita, en el que recordaba, entre otras cosas, el fundamental papel jugado por Seat en la conquista de las libertades. Al terminar, un obrero del público le preguntaba por el pacto con el PSOE y él le respondía, pero rápidamente la desorganización, a fin de evitar nuevas preguntas de obreros, hacía correr la consigna de que "la cosa" no era una asamblea, ni tampoco un mitin, sino una rueda de prensa. Debían dar las 12.30 horas cuando daba comienzo la rueda de prensa. Debían dar las 12.35 horas cuando finalizaba la rueda de prensa. "La cosa" había sido eso.
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