El Espanyol se reencuentra y golea a un Rayo venido a menos
El Espanyol reencontró sus mejores vibraciones ante un Rayo de lo más parecido a un globo pinchado. La goleada tuvo un efecto tan revitalizante para los de Montjuïc como espantoso para los de Vallecas. Un 5-1, a 13 jornadas para el final y para equipos que se debaten en ese pelotón de la tabla clasificatoria en el que abundan los codazos por huir de la quema, puede marcar un punto de inflexión. El Espanyol encontró un partido como referente en su campo, donde sólo había ganado uno de los diez últimos. Y el Rayo corrigió y aumentó su tendencia a la baja. El capazo de goles que se llevó configura un cuadro clínico de lo más deprimente: cinco puntos sobre los últimos 21 posibles.Al Espanyol le bastaron 50 minutos para zanjar un compromiso que se le torció nada más empezar. En fase de tanteo, la primera llegada del Rayo al área de Cavallero acabó de la peor manera posible para los de Montjuïc. Un despeje defectuso de Cristóbal, seguido de otro de la misma factura de Pochettino fue aprovechado por Luis Cembranos para centrar en corto y por Canabal, a un par de metros de la línea de gol, para inaugurar el marcador.
ESPANYOL 5RAYO VALLECANO 1
Espanyol: Cavallero; Cristóbal, Nando, Pochettino, Navas; Toni Velamazán, Sergio (Molnar, m.81), Galca, Arteaga; Posse (De Lucas, m.74) y Tamudo (Serrano, m.86). Rayo Vallecano: Keller; Cota, Hernández, Pablo Sanz (Michel II, m.63), Llorens; Ferrón (Draper, m.57), Poschner (Amaya, m.41), Helder, Michel I; Luis Cembranos y Canabal. Goles: 0-1. M.9. Canabal, tras un centro de Luis y un defectuoso rechace de Pochettino. 1-1. M.19. Tamudo remata un centro de Toni Velamazán. 2-1. M.40. Arteaga sirve desde la izquierda al segundo palo, Martín Posse la para y fusila a Keller. 3-1. M.47. Arteaga, después de un excelente tuya-mía con Tamudo. 4-1. M.49. Posse, en jugada personal y tras aprovechar un error defensivo del Rayo. 5-1. M.90. Toni, a pase de Galca. Árbitro: Pérez Burrull, del Colegio Cántabro. Mostró tarjeta amarilla a Canabal. Estadio de Montjuïc. 18.700 espectadores.
Pero el Espanyol, desde la inmejorable disposición anímica por dedicarle el triunfo a Benítez, internado en una clínica en la que convalece de la grave lesión que sufrió la semana pasada en Madrid, no tardó nada en intimidar al Rayo. Flores devolvió a la titularidad a Martin Posse, que ocupó el puesto de Benítez. Pero no varió la disposición táctica con dos pivotes, Sergio y Galca, con Toni y Arteaga profundizando por las bandas, Tamudo como punto de referencia en punta y Posse moviéndose a sus espaldas. El Rayo pagó muy caras sus bajas en defensa y echó de menos a Alcázar, Clotet y Estíbariz. Juande Ramos situó a Pablo Sanz formando la pareja de centrales con Hernández. Y el Rayo sucumbió por todos los flancos. Descuidó la vigilancia por las bandas de Toni Velamazán y Arteaga, no pudo contener a un Tamudo en estado de gracia ni a Posse que no pudo tener un mejor regreso al equipo con los dos goles que anotó.
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