La pancarta provocadora
En el campus de Els Tarongers, de Valencia, apareció el miércoles pasado una pancarta escandalosa que rezaba: "Muchos estudiantes nos alegramos. Gracias ETA". Sin firma, claro está. Los descerebrados no lo son tanto, aunque no pasen de sumar cuatro indocumentados que han merecido el repudio general. Y ahí ha quedado o debió quedar la cosa de no querer algunos exprimir el incidente para echarle el muerto al nacionalismo genérico valenciano. Algo totalmente absurdo, conociendo el taranná tan moderado de los patriotas indígenas. Pero dado el clima electoralista y la sensibilización social por los recientes asesinatos de la banda terrorista se ha querido hacer leña de lo que no es más que un desvarío anecdótico. Y eso es una canallada. Aquí, con la excepción señalada, nadie es siquiera neutral ante tamañas tropelías. Y menos, los nacionalistas de este país, que nunca han estado por esa labor y se arriesgan a ser condenados sin razón. Por otra parte, la dichosa pancarta ha servido para, como era previsible, reiterar la condena de los asesinos.
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