Módulos
Del batey a los módulos viviendas de El Ejido: evolución de la casa esclavista hacia un diseño más humano. Así podría rezar un ciclo de conferencias sobre los módulos prefabricados que se están instalando para albergar a los magrebíes almerienses. Un ciclo en el que se nos hablaría, tomando como modelo las citadas viviendas prefabricadas, sobre los valores predominantes en nuestra cultura: tolerancia, integración, mestizaje y solidaridad. Y como plasmación feliz de todos esos valores inherentes a la raza humana, y a la española de manera muy especial, dominando la escena del debate, una sinfonía de colores virtuales y diseño postindustrial ensalzando los valores humanos de los módulos de El Ejido. La casa de todos los sueños. La casa total. La casa de la fusión racial y cultural. La casa que albergará un futuro de manos entrelazadas cantándole al mundo una canción con la chispa de la vida y los colores unidos de Benetón. Un mundo feliz.Eso es lo que nos inspiran los módulos prefabricados de El Ejido. Un mundo feliz. Un mundo solidario donde en una cacerola de seis metros por dos y pico descansan los frijoles magrebíes para tostarse al sol del Poniente que cae a plomo sobre los tejados de cinc. Esas son las viviendas que este mundo nuestro tan solidario, tolerante, integrador y plural ha sabido construir. No seamos hipercríticos. Son unos módulos posibilistas, realistas, pragmáticos. Entre los bateys antillanos que dibuja mi amiga Minerva en Jovellanos (Cuba) y las casas de El Ejido hay todo un largo trecho histórico que refleja el caminar del hombre en pos de los derechos humanos. De la cabaña del Tío Tom nos hemos plantado en la cacerola de El Ejido. Doscientos años nos contemplan. Qué cantidad de kilómetros sociales y raciales hemos caminado desde entonces. Ahí tenéis la mejor prueba de que en tan largo caminar no nos hemos dado ni un solo tropezón: las casas modulares de El Ejido.
Los tradicionales lazos de amistad que unen a la cultura española y la árabe tienen en El Ejido un nuevo pabellón para adorar el cinismo que, por ambas partes, siempre presidió tan complicadas relaciones. El Pabellón de las dos culturas con techo de cinc. O sea, una barraca donde el sol del verano servirá de espoleta para explosionar lo que desde tantos siglos llevan dentro ambos vientres.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
Cuatro montañeros atrapados tras un alud en Panticosa (Huesca)
Los barceloneses tendrán un descuento del 50% para visitar la Sagrada Familia en el 2026
La jueza de la dana admite que Feijóo testifique de forma telemática y le ofrece que entregue sus mensajes con Mazón
Robles exige a Feijóo que pida disculpas por decir que el Ejército no acudió en ayuda de las víctimas de la dana
Lo más visto
- Europa entra en estado de alerta ante la embestida estratégica de Trump
- La larga sombra del hijo único: China paga con una crisis demográfica su mayor experimento social
- Los grandes derrotados del Gordo de Navidad de Villamanín, 15 jóvenes de entre 18 y 25 años: “Hoy hemos perdido amigos”
- ¿Qué pasa si uno solo de los ganadores del Gordo de Villamanín decide denunciar?
- El giro del PP con Vox: de prometer no gobernar con la extrema derecha a normalizarlo tras el resultado en Extremadura




























































